La habitación de Luis Tipton en Turbo, su pueblo natal, tiene pintadas las paredes de rojo y azul. Y hay un escudo grande del Poderoso que representa el amor de este lateral izquierdo por el equipo desde que tenía ocho años de edad.
Al hijo de Néver e Istelia, y hermano mayor de Luis Miguel y Luis Fernando, que le siguen los pasos en el balompié y con quienes vive en el barrio Santa María de Itagüí, le pusieron la camiseta roja después de participar en un Ponyfútbol con Urabá-Augura que orientaba Luis Bernardo Ochoa. Tenía 13 años.
Desde ese momento se aferró aún más a la institución que lo pulió en las divisiones menores y que con la llegada del técnico Guillermo Berrío le abrió la puertas definitivas del profesionalismo.
Luis Tipton es introvertido y luchador. Esperó con paciencia una oportunidad y hoy lucha codo a codo su puesto de titular. En sus cuentas lleva 16 partidos con el plantel profesional y su meta, la que comparte con sus compañeros, es clasificar a las semifinales de la Liga Postobón-II, pese a las ventajas que dieron en las fechas pasadas.
Al comienzo del campeonato, como todos en el Medellín, recibieron elogios por el buen desempeño, pero luego tuvieron que soportar duras críticas. Ahora intentan recuperar la confianza de la afición, basados en el triunfo 2-1 del miércoles frente al América en el Pascual.
"La motivación nunca la hemos perdido. Sacamos tres puntos valiosos en Cali y esperamos ratificarlos con otra victoria ante el Santa Fe", dice el joven admirador de su tocayo y paisano Luis Amaranto Perea.
Este domingo Tipton tendrá otra dura prueba con la fanaticada roja, en el duelo previsto para las 3:30 p.m. en el estadio Atanasio Girardot. Sabe de sus condiciones y se motiva al saber que el grupo lo respalda y confía en él.
En lo único que piensa es en corregir las falencias del juego aéreo y en contribuir a que los hinchas, a diferencia de la última presentación en casa, reciban y despidan al equipo con aplausos en vez de rechiflas y protestas.
Aunque extraña las playas, las calles y los demás allegados que dejó en Turbo, admite que vive feliz en Medellín con su familia, que lo dejó todo por acompañarlo en este reto. En el club, aunque se la lleva bien con todos los integrantes, encontró en Jaime Castrillón que lo orienta y aconseja.
Hoy tendrá la tarea de frenar a Óscar Rodas, el delantero santafereño que vendrá con la plantilla estelar tras la derrota por 1-2 en El Campín con el Once Caldas.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6