"Esto es tétrico", dice Adriana Castellanos mientras sostiene una falsa lápida que por su epitafio bien podría acompañar la tumba de cientos de colombianos: "Aquí yace el que murió esperando".
"Es muy triste, pero es la verdad", agrega Adriana, una de las voluntarias que se han sumado al movimiento de la Octava Papeleta.
Esta es una iniciativa popular de alcance nacional que pretende tumbar la Ley 100, la piedra angular del sistema de seguridad social, a partir de la recolección de firmas.
En la otra mano Adriana tiene otra de las lápidas de icopor que, con una sentencia similar, sirve para denunciar en marchas y protestas lo que a su juicio es una "masacre".
Los diversos obstáculos en el acceso a los servicios de salud que día a día tienen que sortear los colombianos son un problema que para la Mesa Intersectorial de Antioquia por la Salud como Derecho Fundamental (Mias) tiene una solución de fondo: cambiar desde sus fundamentos el sistema actual de seguridad social.
Así lo entiende Adriana y medio centenar de voluntarios más que se han entregado a la tarea de recoger firmas en toda la ciudad.
Líderes comunitarios de las comunas cinco, siete, ocho; representantes de Caldas, Rionegro, Barbosa y otro puñado de municipios se han sumado a la propuesta.
En estos lugares, Bogotá y Cali avanzan iniciativas homólogas. La meta del movimiento que se agrupa en la Mesa Intersectorial Nacional por el Derecho a la Salud es recoger el diez por ciento del censo electoral y de esa forma exigir la celebración de un referendo. La ciudadanía decidiría entonces la suerte de la polémica Ley 100.
Están indignados
Junto a Adriana, en la misma oficina del centro de Medellín que sirve de centro de operaciones para la Octava Papeleta, se encuentra Liliana García, estudiante de Salud Pública.
En la camiseta que viste se puede leer el punto central de la propuesta: "Rechazo totalmente el modelo de salud y seguridad social contenido en la Ley 100 y las normas que lo reglamentan y reforma".
Para ella, es hora de que los estudiantes dejen de preocuparse exclusivamente por las leyes que tocan la educación. "Solo piensan en la Ley 30", afirma.
Después de firmar la papeleta, esta se deposita en una urna como acto simbólico. El movimiento debe su nombre a la consulta que en las elecciones de 1990 avalaron la convocatoria a la Asamblea Constituyente que redactó la constitución política vigente.
Emulando el movimiento estudiantil de la Séptima Papeleta, la Octava buscó incluir una consulta sobre la salud y el futuro de la Ley 30 en las elecciones locales de este 30 de octubre.
Sin embargo, la Registraduría rechazó la petición por considerar que para este propósito estaban habilitados otros mecanismos de participación ciudadana.
El resultado es esta acción popular que necesita tres millones de firmas para exigir un "sistema de salud y seguridad social público, sin intermediación, universal, equitativo, igualitario e integral, administrado y financiado por el Estado".
En medio de la ola de manifestaciones civiles que recorre el mundo entero, Fabio Henao, vocero y líder del movimiento en el departamento, habla de indignación.
Sabe que cambiar la realidad en salud que cotidianamente viven los colombianos "es una lucha de largo aliento" y por eso resalta que lo esencial de esta iniciativa es llevar un mensaje de concientización.
"Estamos en el momento para decir que el problema es estructural", asegura.
Henao está seguro de que la mejor manera para acabar con esas lápidas "tétricas" es cambiar el modelo de salud actual. Considera que "no podemos seguir cohonestando con que la gente se muera y todos sigamos siendo testigos cómplices de lo que está pasando".
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