Se encuentran dos amigos, después de no verse por mucho tiempo y le pregunta el uno al otro:
-Decime Rubiel, qué representa tu mujer para vos.
-Pues hombre, mi esposa es mi vehículo, mi motor, mi guía. Ella me conduce por la senda del bien y me aparta de los malos caminos.
-Bueno sinvergüenza, y si es así, ¿Por qué me dicen que vos tenés otra mujer?
-¡Pues por el "pico y placa" gran pendejo!
Asistimos esta semana a un gran homenaje que toda Antioquia le rindió a un hombre sencillo de modesta cuna que con su trajinar en la política ha escalado altas posiciones, hasta llegar a la presidencia de la Cámara de Representantes.
El doctor Carlos Alberto Zuluaga, empezó como empleado del Concejo de Medellín y de la Asamblea de Antioquia y ha pasado por diferentes posiciones en el Ejecutivo, tanto del orden municipal y departamental, como en organismos de control y en corporaciones de elección popular, hasta llegar al Parlamento como representante a la Cámara y ahora a la Presidencia de esta alta corporación, ganándose la admiración y el cariño de sus copartidarios y de sus contrarios en política.
La carrera de Carlos Alberto ha sido tan meritoria que mereció la presencia del primer mandatario de los colombianos, presidente Juan Manuel Santos y casi todo su gabinete ministerial, Gobernador, Procurador, Arzobispo, magistrados, senadores y representantes en ejercicio y exparlamentarios, exministros, exgobernadores, exdiputados y concejales, de todos los diferentes partidos políticos y sus matices. Gentes sencillas de todos los colores y pelambres nos hicimos presentes en las instalaciones del Instituto Salazar y Herrera, para rendirle un homenaje a un hombre sencillo que se ha destacado por su servicio a la Nación, a su departamento, y a su ciudad, ganándose el apoyo popular para escalar posiciones con base en su esfuerzo y vocación política.
A los políticos se les ataca y critica sin motivos muchas veces, y con motivos otras. Se les sindica de interesados, de falsos y corruptos, generalizando en todos por el pecado de algunos pocos, pero cuando uno ve que se llenan las graderías y el patio salón del Salazar y Herrera, las calles de la América, que vienen de Bogotá los altos heliotropos del gobierno y que vibran los aplausos por un hombre que se destaca en la política, hay que reconocer que en la política no todo es malo. Que no todos se esconden con la disculpa del "pico y placa" para traicionar a quien más se quiere, que no todos los políticos son corruptos, ni falsos ni mentirosos.
Desafortunadamente, sí tenemos que registrar que la ingratitud no ha desaparecido. En los discursos del exsenador Manuel Ramiro Velásquez y en el de Carlos Alberto Zuluaga se mencionó con gratitud al expresidente Álvaro Uribe Vélez, como el líder que nos motivó a los colombianos a apoyar al actual Mandatario: "Antes con Uribe Vélez y ahora con usted, Presidente Santos, lucharemos por Colombia", dijo Carlos, haciendo memoria de lo que se adelantó en Seguridad Democrática, en inversión y en progreso con el anterior mandatario.
¿Ustedes creen que el presidente Santos Calderón, hizo alguna mención del Presidente que lo nombró ministro de Defensa y que le hizo el guiño para ser el Presidente actual de los colombianos?
Ni siquiera el hecho de estar en la tierra de Uribe Vélez le valió a Santos para agradecerle su apoyo. Tal vez le dio miedo o celos pues, de mencionar a Uribe, los aplausos hubieran sido atronadores y le hubieran opacado los que le dimos a él.
ÑAPA. Con esta columna me despido de mis lectores hasta el 8 de enero y les deseo una feliz Navidad y próspero Año Nuevo 2011.
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