Un punto a favor de la vida, de la protección de los niños y adolescentes, se anotó esta semana la Administración Municipal de La Estrella al prohibir la producción y venta de pólvora en su jurisdicción.
La sonrisa de un niño es la pureza de Dios, nace con ojos dispuestos a ver todo lo precioso, a abrazar todo lo alegre y nada más grato que colmarlos de dulces motivos para que sea la Navidad uno de los más bellos recuerdos de su vida.
La pólvora, a veces, hasta la más inofensiva, marca con cicatrices imborrables. Por ello, palmas para todas las autoridades y fuerzas sociales que hoy se unen contra la pólvora. No podemos olvidar que el hogar es el primer eslabón por una Navidad feliz y en paz. Goce diciembre, no queme pólvora.
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