Será por eso tan esquiva. Entró, se transformó y se quedó.
Un estudio acaba de mostrar que el genoma de la bacteria que produce la gonorrea, Neisseria gonorrhoeae, contiene un fragmento del ADN humano, situación que a decir de los científicos de Northwestern University no se había documentado.
Aunque todo el tiempo las células humanas y de infinidad de bacterias están en contacto, no se pensaría que intercambiaran información. Pero sucedió. Una transferencia directa de ADN fue posible por algún mecanismo.
La gonorrea infecta cada año alrededor de 50 millones de personas y si bien tiene tratamiento con antibióticos, algunos ya no obran efecto. Las secuelas pueden ser nefastas para las mujeres en embarazo.
El descubrimiento ofrece una mirada sobre la evolución de esta bacteria y su habilidad para adaptarse y sobrevivir dentro de los humanos.
La gonorrea, transmitida por contacto sexual, es una de las enfermedades con registros más antiguos y una de las pocas exclusivas de los seres humanos.
"Esto tiene significado evolutivo porque muestra que usted puede ampliar sus pasos evolutivos cuando es capaz de adquirir piezas de ADN", según Hank Seifert, profesor de Microbiología e Inmunología en esa universidad y autor señor de la investigación.
"La bacteria", agregó, "está obteniendo una secuencia genética del hospedero que infecta. Esto podría tener implicaciones para su adaptación en el cuerpo".
La transferencia de genes ocurre entre bacterias e incluso entre bacterias y células de hongos, pero este salto es muy largo, dijo Mark Anderson, autor principal del estudio publicado online en mBio.
El hallazgo sugiere que esa capacidad de adquirir ADN desde los humanos puede facultarla para desarrollar nuevas cepas, pero se desconoce si este evento en particular ha significado alguna ventaja.
La gonorrea es curable con antibióticos, pero solo una droga es ahora recomendada para el tratamiento porque la bacteria ha desarrollado resistencia a otras medicinas.
A las mujeres les puede producir inflamación pélvica, condición dolorosa que puede derivar en esterilidad y embarazos ectópicos. La mujer embarazada puede transmitirla al bebé, dice el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. En los hombres también lleva a la infertilidad.
En pocas ocasiones, las personas pueden desarrollar una forma de la enfermedad que deja el tracto genital y entra a la corriente sanguínea, provocando artritis y endocarditis, una infección del corazón.
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