Si en el mundo todas las ideas fueran un éxito, es posible que la palabra innovación no existiera o, al menos, tendría otro significado; los empresarios nunca empezarían siendo emprendedores y tener capital -poco o mucho- sería suficiente para que un negocio diera frutos.
Sin embargo, aunque ese es el panorama soñado por muchos empresarios, lo cierto es que en la realidad el emprendimiento no funciona así. Al contrario, para que una empresa despegue sus alas necesita proponer una idea diferente a las demás, capaz de llevar a la compañía al éxito.
Desde el punto de vista del experto en mercadeo, Carlos Fernando Villa, la generación de ideas no tiene fórmula: “Nacen en la mente de una persona porque hay una necesidad o un problema que se debe solucionar, pero no hay fórmulas para crearlas”.
Y Villa recuerda las palabras de William Duggan, docente de la Universidad de Columbia, para explicar que las buenas ideas son producto de una mente deshinibida, libre, soñadora. “Duggan sostiene, en son de broma, pero en serio, que los mejores sitios para generar ideas son el sanitario, la ducha y la cama, porque son momentos en los que las personas estamos relajadas y tenemos toda la disposición para buscar alternativas con tranquilidad”, apunta Villa.
En esa concepción coincide el experto Aurelio Vélez, administrador de negocios de Eafit y especialista en empresas familiares, quien comenta que “las ideas surgen en la medida en la que los empresarios, como seres humanos y líderes, abren su mente”.
Además de pensar con mente abierta, otro ingrediente para proponer grandes ideas es ver en el cambio una manera de alcanzar oportunidades.
“Sucede que muchos humanos vivimos en el pasado, porque nos coloca en una zona de confort, pero cuando abrimos una ventana al cambio surgen ideas maravillosas”, afirma Vélez.
Entonces, aunque no hay ecuaciones o recetas mágicas para darles vida a las ideas diferentes y exitosas, la clave está en dedicarle tiempo a pensar en esas iniciativas en los momentos en los que estamos libres de angustias, mejor dicho, para que una gran idea resulte, no hay que estar urgido de tenerla de inmediato en la mente.
De igual manera, no hay que perder de vista que, por grandes y buenas que sean, “no hay ideas exentas de riesgo, siempre habrá posibilidades de tener riesgo”, afirma Villa, por esa razón, para sacar adelante una iniciativa se debe analizar los impactos que puede traer, positivos y negativos.