A las 7:30 de la noche del miércoles 10 de enero de 2010, en la familia Hurtado Gutiérrez ocurrió algo que les cambió la vida. En ese momento estalló un carrobomba en el parqueadero del sótano del centro comercial El Tesoro, en El Poblado, y el padre y la madre de esa unión sufrieron las más graves consecuencias.
Desde entonces, han pasado 4373 días y María Camila Hurtado Gutiérrez y su papá, Jesús Alberto, le han orado la gran mayoría de las noches de esos 12 años a una persona que murió ese 10 de enero de 2001 por el atentado, Gloria María Gutiérrez Botero, madre y esposa de ellos.
“Desde que era chiquita y tengo uso de razón, rezamos juntos y al final, le mandamos un besito a la mamá que está en el cielo”, cuenta la preadolescente, que por cosas del destino y del conflicto armado de Colombia, no tuvo la oportunidad de que su madre biológica la viera crecer, la llevara a las prácticas de patinaje y baloncesto o la acompañara al primer día de clases.
Entrando a El Tesoro
Gloria María, quien por aquellos días laboraba como coordinadora odontológica nacional de promoción y prevención de la IPS Punto de Salud -actualmente Sura-, fue la única víctima mortal del carrobomba. Según los informes periodísticos de la época, los heridos fueron 53.
Ella, quien tenía 37 años, y su esposo, Jesús Alberto, de 38, ingresaban a esa hora al parqueadero. Su primogénita, Maria Camila, que había nacido hace siete meses y 26 días, el 15 de mayo del 2000, estaba en otro lugar de Medellín con sus abuelos.
“Mi esposa estaba cansada; había llegado hace dos días de Bogotá. Íbamos para el centro comercial a comer y a caminar. Estábamos ingresando por el sótano (en una camioneta Nissan de color gris) y ese carro explotó al lado; fue como un chasquido de dedos, como un parpadeo, cuestión de segundos para que todo alrededor estuviera destruido. Los dos quedamos conscientes. Yo le dije que no veía nada y ella me respondió que tampoco”, narra Jesús, quien fue trasladado por los organismos de rescate hacia el Hospital Pablo Tobón Uribe, donde estuvo internado casi un mes.
Físicamente tuvo pérdida de la visión por el ojo izquierdo y heridas en sus extremidades inferiores y superiores que lo dejaron con secuelas para caminar y de motricidad de por vida.
Gloria fue llevada a la Clínica Las Vegas, pero las heridas fueron demasiado graves y falleció sobre las 11:00 p.m. Su sepelio se realizó en el cementerio Campos de Paz.
Mujer ejemplar
Ser generosa, amorosa, entregada a sus objetivos y responsable con su familia y su trabajo, son solo algunas de las cualidades que destacan de Gloria quienes la conocieron.
“Era una persona muy especial, caritativa, cariñosa. Había hecho tantas cosas por la comunidad, que lo único que buscaba era el bien de la gente”, afirmó por aquella época Ana María Cardona, quien se desempeñaba como gerente de Punto de Salud.
Jesús, por su parte, luce orgulloso cuando la define como “un sol de mujer y un símbolo de vida”.
Hoy, lamentablemente, ella ya no puede continuar dando ejemplo por culpa de los violentos que no tuvieron el menor reparo en acabar con la vida de una inocente.