De niño armaba avioncitos y los hacía volar o se "colgaba" de ellos para soñar despierto con que volaba. Siempre quiso ser piloto de avión, pero jamás pudo siquiera estudiar en una academia.
Sin embargo, la vida le deparó una pequeña satisfacción a Alexander Villa Zapata, Álex o simplemente Jackie -por su parecido con el actor de artes marciales Jackie Chan-, tal como lo llaman amigos y familiares: volar en parapente.
"Siempre, que recuerde, fue un gomoso de los aviones, del aire, la aventura", cuenta Sandra, su hermana, quien asegura que en el parapentismo encontró una especie de fórmula para evitar la frustración de no haber podido adelantar la carrera de pilotaje de aviones que siempre fue su delirio.
Hoy, a sus 38 años de edad, este descomplicado deportista antioqueño, tecnólogo de profesión, que no le teme al riesgo ni menos a la aventura de volar horas y horas montado en un ala -como se denomina al parapente-, emprende uno de sus más importantes proyectos profesionales: competir en el X-PYR, una de las competencias más duras en la modalidad vuelo vivac, a cumplirse en los Pirineos, la cordillera montañosa situada al norte de la península ibérica, entre España, Andorra y Francia.
"Soy el único piloto colombiano que estará en esa prueba. Ya he tenido la oportunidad de reconocer el "terreno" y de confirmar que será un vuelo bonito pero a la vez muy complicado", señala Villa.
La carrera es el próximo fin de semana y para realizar una destacada participación Álex se preparó en "su casa", la plataforma de San Félix, donde aprendió a volar desde hace menos de diez años ya cuando tenía mayoría de edad.
"Es un recorrido de más de 450 kilómetros, de largo aliento, como decimos", señala Villa, quien practica la modalidad del cross country desde 2009. Y aunque sus logros no han sido tan grandes como los de otros campeones nacionales o internacionales que ha tenido el país en este deporte, Villa está en el top-10 de los mejores pilotos criollos.
"Realmente su carrera apenas empieza, porque llegó tarde al parapentismo, pero destaco la perseverancia y amor que ha tenido por él desde que realizó el primer curso y empezó a volar", advierte Sandra.
Y así es. Hoy Villa no solo compite volando, también organiza competencias y promueve vuelos de riesgo o de simple aventura. Los Pirineos lo esperan. Allí intentará mostrar, además de sus conocimientos en el vuelo, que su corazón está para grandes retos
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