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Tras decretar la emergencia carcelaria el pasado fin de semana, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, anunció este martes la detención de “un buen número” de pandilleros que serían los responsables de una reciente ola de homicidios en el país.
“La PNC (Policía Nacional Civil) ha capturado a un buen número de los (pandilleros) que cometieron y ordenaron los homicidios”, anunció el mandatario en su cuenta de Twitter, pero no precisó la cifra de detenidos.
Las autoridades reportaron entre el viernes y el domingo pasado una escalada de violencia generada por las pandillas que provocó la muerte de poco más de medio centenar de personas en distintos puntos del país.
Frente al súbito incremento de los homicidios, que ocurre en medio de una cuarentena obligatoria para contener el nuevo coronavirus, el gobierno de Bukele anunció el uso de la fuerza letal para combatir a las pandillas.
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En medio de la crisis sanitaria por el contagio de coronavirus, que exige la distancia social, las autoridades combinaron en las celdas a miembros de pandillas rivales, algo que no ocurría desde 2002, cuando se les separó para evitar muertes masivas en las cárceles.
Durante el fin de semana, circularon imágenes de penitenciarías salvadoreñas, en las que se puede observar a decenas de presos hacinados y reducidos en el piso.
“Vamos a parar los homicidios”, dijo el presidente Bukele, quien aseguró que existen cabecillas y otros miembros de la peligrosa Mara Salvatrucha (MS-13) “que siguen activos” en las calles pero que “no tardarán en caer” ante el redoble de las acciones de seguridad por parte de la PNC.
El mandatario ha señalado como responsables de los homicidios tanto a la MS-13 como a su pandilla rival Barrio 18 y las dos facciones que la componen, Sureños y Revolucionarios.
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Las pandillas cuentan en este país centroamericano con unos 70.000 miembros -más de 17.000 de ellos encarcelados- y se dedican a la extorsión y el narcotráfico, entre otras actividades ilegales.
El Salvador, con 6,6 millones de habitantes, es uno de los países sin guerra más violentos del mundo, con 35,6 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2019. La mayoría de esas muertes fueron consecuencia de la actividad pandillera.
Riesgo de dictadura
Pero la aglomeración de reclusos se suma a una serie de medidas autoritarias tomadas por Bukele, que iniciaron en febrero pasado con la militarización de la Asamblea Nacional para presionar la aprobación de un millonario préstamo para inversión en seguridad.
El director para las Américas de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, comparó a Bukele con un “caudillo” y alertó del riesgo de que convierta al país centroamericano “en otra dictadura latinoamericana”.
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“Si Nayib Bukele continúa por el mismo camino, se graduará muy pronto de caudillo. Tenemos la obligación de hacer todo lo posible por evitar que El Salvador se convierta en otra dictadura latinoamericana”, afirmó Vivanco en uno de varios mensajes en Twitter.
El director para las Américas de HRW también sostuvo que “todos los días de la pandemia, Bukele aprovecha para degradar más la democracia de El Salvador, concentrar poder y autorizar violaciones a los derechos humanos”.
Asimismo, consideró que “el estilo de gobierno de Bukele, además de autoritario y polarizante, estigmatiza sistemáticamente a los órganos de control judicial en El Salvador” y afirmó que “en su mundo, el propio Bukele decide quién es culpable o inocente”.