Si la detención de Cristiana Chamorro, una influyente periodista que anunció que se postularía como candidata a la presidencia, agitó los ánimos en Nicaragua, el arresto de otros tres aspirantes opositores a los mismos comicios en menos de una semana, volcaron la mirada de la comunidad internacional sobre el mandatario de ese país, Daniel Ortega, que va tras su tercera reelección, y el proceso democrático que se desarrollará el 7 de noviembre próximo.
A la aprehensión de Chamorro por supuesta“falsedad ideológica”, y la de Arturo Cruz, por “conspirar contra la sociedad nicaragüense”, se sumó en las últimas horas las detenciones de Félix Maradiaga y Juan Sebastián Chamorro, quienes fueron acusados de “incitar a la injerencia extranjera en asuntos internos”, según las autoridades que los capturaron por orden del Gobierno.
Decisiones de Ortega que han sido calificadas de “arbitrarias” o incluso, de actitudes de “dictador”, tal y como lo hizo Julie Chung, subsecretaria para Latinoamérica del Departamento de Estado de Estados Unidos.
“Estas detenciones confirman sin lugar a dudas que Ortega es un dictador. La comunidad internacional no tiene más opción que tratarle como tal”, escribió Chung en Twitter.
“Enemigo de la libertad”
En esa misma línea opina la abogada constitucionalista y opositora nicaragüense, María Asunción Moreno, quien le dijo a Efe que Ortega es un “enemigo de la libertad”.
“La vida política en Nicaragua está siendo sacudida por quien no cree ni en las instituciones ni en la Ley. Ortega es un enemigo de la libertad”.
En 2018, cuando se presentaron las protestas más duras en contra del gobierno de Ortega, cerca de 310 personas murieron, en medio de la represión a las manifestaciones.
La situación desencadenó una crisis económica y la imposición de sanciones de países como EE. UU., lo que después generó un diálogo con la oposición y se estableció un acuerdo con la Organización de Estados Americanos, OEA, para que el sistema electoral garantizara elecciones justas y legítimas.
Pero los términos no se cumplieron y por el contrario, Ortega creó una serie de leyes que permiten a sus funcionarios detener a cualquier ciudadano que sea crítico de su mandato.
ONU se pronuncia
Bajo esas leyes se han realizado las detenciones de los opositores, para los que la Organización de las Naciones Unidas, ONU, pidió su liberación y la restitución de sus derechos.
“El secretario general está muy preocupado por los recientes arrestos y detenciones, así como por la invalidación de candidaturas de líderes de la oposición”, dijo Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general, Antonio Guterres.
Según el portavoz, Guterres considera que estos acontecimientos “pueden minar seriamente la confianza en el proceso democrático de cara a las elecciones generales de noviembre” y ve necesario un acuerdo para que haya una participación “creíble e inclusiva” en ellas.
Del mismo modo, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, ha dicho que Nicaragua se encamina a “la peor elección posible” debido a la falta de garantías para celebrar un proceso transparente
OPINIÓN
Rafael Piñeros
Docente de Relaciones Internacionales, U. Externado.
El miedo es lo que mantiene a Ortega en el poder
“Daniel Ortega ha querido mantenerse en el poder a como dé lugar. Su regreso no ha sido lo que se esperaba y ha sido a partir del miedo como se ha mantenido porque ha orientado su mandato a: ‘Si no soy yo el que los saque de la crisis generada por la pandemia, ¿entonces quién?, si no soy yo quien recupere la soberanía del Estado, ¿entonces quién?’, sigue siendo entonces una postura que le da algunos réditos y creo, además, que los mecanismos de intervención de la comunidad internacional, de la OEA o de ONGs en materia política, no han dado resultados.
América Latina, no solo Nicaragua sino la situación en Venezuela demuestran que la gobernanza regional poco puede hacer cuando hay líderes que se quieren quedar en el poder y a nivel interno la sociedad, los partidos políticos u otros sectores, no se apoderan de su rol y ahí es cuando se afianzan los regímenes.
Por eso, la política del miedo le ha sido efectiva a Ortega. Si lo ponemos en términos extremos no puede encarcelar a la mitad de la población porque son opositores al régimen, en algún momento tendrá que detenerse todo esto. Pero no es algo nuevo, en septiembre del año pasado se habían dado algunas capturas, especialmente en la zona de Managua, Nueva Segovia, en Camoapa y muchas han estado determinadas especialmente por los informes que en materia de Derechos Humanos la alta comisionada de la ONU, Michelle Bachelet, ha venido haciendo y en muchos se critican las medidas autoritarias que el gobierno ha tomado y se ha solicitado el respeto del debido proceso. Pero pese a la vigilancia de la comunidad internacional, veo poca actitud, veo una incapacidad manifiesta para cambiar el curso de las cosas más allá de abogar por el respeto del debido proceso. Es muy difícil que se pueda hacer algo para detener estos graves sucesos”.