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Este domingo Perú y Ecuador vivirán la jornada democrática de las elecciones generales, en medio de las restricciones, recomendaciones y medidas excepcionales de los gobiernos por la pandemia del coronavirus.
Panorama en Perú
Las autoridades del país Inca adoptaron medidas excepcionales para garantizar la protección de los electores peruanos durante las elecciones generales de este 11 de abril en medio de la pandemia del nuevo coronavirus, según anunció el presidente Francisco Sagasti.
“La pandemia del covid-19 ha hecho necesario que las autoridades electorales tomen medidas excepcionales, de tal forma que la jornada electoral del domingo se realice se manera segura y eficiente”, expresó en un mensaje a la Nación.
A horas para que más de 25 millones de peruanos acudan a las urnas para elegir a su sucesor, el presidente Sagasti indicó que la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) duplicó la cantidad de colegios electorales en todo el país.
“Para evitar aglomeraciones y posibilidades de contagio, el número de locales de votación designado por la ONPE ha aumentado de 4.500 a 11.600, y los ambientes en que usualmente se instalaban dos mesas de votación tendrán ahora solo una”, aseguró.
El jefe de Estado, que dejará el cargo el 28 de julio de este año, también aseguró que su gobierno garantiza la realización de elecciones generales libres, justas y transparentes.
Un total de 18 candidatos presidenciales disputan la primera magistratura para dirigir los destinos de este país andino, en medio de una crisis sanitaria sin precedentes provocada por la pandemia de la covid-19.
El mensaje de Sagasti llega cuando este país andino contabilizó 5.305 nuevos contagios con coronavirus en las últimas 24 horas en todo el territorio peruano.
Según el Ministerio de Salud (Minsa), los casos positivos con esta enfermedad ascendieron a 1.628.519 y el índice de mortalidad subió a los 54.285 decesos.
Ecuador listo para la segunda vuelta
La segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Ecuador se vivirán en un escenario marcado por la incertidumbre respecto a quién se alzará con la Presidencia del país latinoamericano y con dos contrincantes, Andrés Arauz y Guillermo Lasso, en las antípodas ideológicas.
Al margen de los dos candidatos supervivientes, otros catorce sumaron el 47,5 por ciento de los votos en la primera vuelta, un porcentaje significativo que puede decantar la balanza a uno u otro lado. Además, y para aumentar las dudas sobre el resultado electoral, la abstención ascendió hasta el 19 por ciento en aquella cita electoral, celebrada en febrero. Estos votantes podrían sacudir el tablero político si deciden acudir a las urnas.
Como resultado, Arauz, de Unión por la Esperanza --y de tendencia correísta--, y Lasso, del Movimiento CREO --y de ideología conservadora y liberal--, han reestructurado sus agendas para llegar a estos electores, entre los que figuran las minorías, campesinos o indígenas, entre otros.
Los indígenas, en concreto, representan un grupo electoral importante en estos comicios, con una relevancia renovada precisamente por los resultados de febrero, que dejaron al candidato por el movimiento político Pachakutik, Yaku Pérez, en tercer lugar tras un ajustado recuento, en el que estuvo gran parte del tiempo por delante de Lasso.
El presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), Jaime Vargas, ya ha respaldado la candidatura de Arauz, lo que le ha costado la expulsión del organismo, cuyo brazo político es Pachakutik. La CONAIE ha reafirmado su intención de impulsar el voto nulo para la cita electoral del domingo, argumentando que su proyecto político y sus demandas “trascienden el escenario electoral”. Pachakutik también se expresó en esta línea y ha sostenido que promoverá el voto nulo de igual forma.
Respecto al sentido del voto del movimiento indígena, el director del Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca, Francisco Sánchez, señala que es “plural” y “diverso”, pero recuerda que el expresidente Rafael Correa mantuvo una “política activa de ataque” contra la CONAIE y muchos de sus dirigentes.
En una intervención para analizar la cita electoral de Ecuador enmarcada en el ciclo ‘América Vota’ de Casa América, resume que la discusión electoral ecuatoriana se mueve en dos planos: los que temen el retorno de un posible autoritarismo o un gobierno de tendencia más autoritaria, al estilo de Rafael Correa, o los que piensan en un rendimiento económico del país. En este sentido, opina que la pregunta de fondo es “cuánto puede pesar el legado” de Correa en una eventual Presidencia de Arauz, “cómo de tutelado estará Arauz por Correa”.
A juicio de la periodista y analista electoral Dayana León, la campaña “antisistema” que el movimiento indígena ha enarbolado y el hecho de que ninguno de los dos reciba un apoyo tácito de estos se le hará “cuesta arriba” al futuro presidente de Ecuador.
Candidatos muy polarizados
Lo cierto es que Arauz y Lasso están muy polarizados. La economía es uno de los ejes que más separan a ambos candidatos. Sánchez explica que Arauz exhibe un discurso intervencionista del Estado en la economía y como regulador de la sociedad. Lasso, por su parte, cree que el Estado “es el problema” y menciona asuntos como el cobro de impuestos. “Su planteamiento es clásico: menos Estado y más sociedad, que sin restricciones genera mayores ingresos económicos porque el mercado funciona”, detalla.
No obstante, en el contexto actual, Sánchez critica que este supuesto, la ausencia del Estado no puede darse en Ecuador, un país con desigualdades estructurales. “Carece de un discurso social, que es necesario por las condiciones estructurales del país”, abunda, destacando que en Ecuador se necesita un Estado que “redistribuya”.
Otro de los puntos de fricción entre ambos tiene que ver con la cuestión de las libertades y los derechos. En campaña, Lasso ya se ha manifestado abiertamente sobre el tema y ha centrado gran parte de la misma en la libertad de prensa, en una menor persecución a líderes políticos y se ha afanado en mostrarse menos restrictivo con la oposición, según el experto. En el caso de Arauz, indica que ha hecho “varios intentos” por matizar la década de la Revolución Ciudadana de Correa, pero vuelve a situar la figura del expresidente como eje del posible mandato del candidato.
En esta línea se expresa también el profesor e investigador en el Departamento de Estudios Políticos de FLACSO-Ecuador Franklin Ramírez, que explica que la agenda de Arauz se enfoca hacia una “fuerte centralidad” del entorno estatal “para regular los mercados, para dinamizar la economía y para redistribuir la riqueza”. Mientras, el proyecto de Lasso es el de “las derechas nacionales, criollas, que tienen que ver con la continuidad del ajuste estructural, la política de prosperidad, obsesionada con los equilibrios fiscales”.
Ramírez también se centra en la visión de las relaciones internacionales de Arauz y Lasso. Según este experto, la agenda internacional de Arauz se caracteriza por un tipo de relaciones internacionales de carácter “multilateral”, con un “fuerte eje en lo que sucede en la región”. En referencia a Lasso, su visión de las relaciones internacionales está ligada “al eje Washington-Bogotá, las alianzas del Pacífico, la continuidad y la reiteración en el guión del consenso de Washington, que es el que ha gobernado estos cuatro años”.