Son dos meses decisivos para la política y la democracia en Perú. El país acudirá el 10 de abril a elegir presidente, vicepresidente y congresistas, entre un escenario complejo y un debate dinámico sobre el futuro del país.
El pasado miércoles se cumplió el plazo para inscribir las candidaturas, y el pasado jueves fue el primer debate de los contendores a la Presidencia. El inicio de las discusiones fue, no obstante, decepcionante: varios de los candidatos principales en disputa, como Keiko Fujimori, César Acuña y Alejandro Toledo, no acudieron al primer choque de argumentos, televisado para toda la nación.
Por el momento, es precisamente Keiko, la hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori, la que encabeza holgadamente las encuestas con hasta 39 por ciento de la intención de voto, una ventaja de al menos 19 puntos porcentuales sobre sus competidores, según la encuesta más reciente de Datum.
Desde abajo está surgiendo la figura de Julio Guzmán, independiente, quien con una campaña que muestra cercanía a la ciudadanía ha logrado acaparar el 20 por ciento de los posibles votantes (según Datum), solo en el día en que se cerraron las inscripciones de los candidatos.
Más abajo aparecen el exministro de Economía Pedro Pablo Kuczynski, quien logró 13 por ciento; el empresario deportivo y académico César Acuña, con 9; el expresidente Alan García (2006-2011), con 5 por ciento; y el periodista Alfredo Barnechea, con 3 puntos porcentuales.
Debates ausentes
Tal como se dijo con anterioridad, el inicio de las semanas de discusión en el país estuvieron marcadas por la desidia y las inasistencias, pero se empezó a marcar el camino que podría tomar el debate en las próximas semanas.
Los primeros asuntos tratados por los pocos políticos que asistieron fueron sobre medios de comunicación, educación, impunidad y cultura.
Respecto al primero hubo casi un consenso sobre la necesidad de continuar democratizando a los medios y hacerlos una herramienta educativa, antes que una banal distracción para los peruanos.
Guzmán propuso un sistema de autorregulación en medios de comunicación. Asimismo, hizo énfasis en la necesidad de defender los derechos de informar y acceder a la información. En este sentido, afirmó que un gobierno suyo “tendría tolerancia cero a los asesinatos de periodistas” y buscaría promover el periodismo investigativo participando en la financiación de proyectos de análisis de datos.
Muy activa se mostró Verónika Mendoza (izquierda, Frente Amplio) en cuanto al tema de justicia e impunidad. “Es inadmisible que 30 años después, los familiares de los desaparecidos no tengan justicia. Esos 15 mil peruanos que no están nos hacen falta”.
Con dichas palabras Mendoza se refiere a buena parte de las víctimas que quedaron pendientes de justicia y verdad en el país tras 20 años de violencia política (1980-2000).
“Hay 15.000 desaparecidos en Perú y nadie conoce, como sí pasó en Chile, Uruguay o Argentina, la problemática de los desaparecidos porque son quechuahablantes, pobres y han tenido poco acceso a los medios”, explicó a AFP la periodista Paola Ugaz.
Mendoza denunció además que el Ministerio Público de Perú no ha formulado una acusación, tras 15 años, por las esterilizaciones forzadas en el gobierno de Fujimori. “Las víctimas de esterilizaciones forzadas ya no pueden esperar más por justicia”.
“Hay que poner fin a la cultura de la impunidad, por eso debe llegar al gobierno una fuerza política que no tenga rabo de paja”, concluyó.
Guzmán propuso en este sentido hacer una reforma que permita “dejar a un lado los pasos burocráticos” que entorpecen la actuación y eficiencia de la justicia en el país.
Al debate, no obstante, no acude todavía la candidata más opcionada, Keiko Fujimori, lo que ha suscitado distintas críticas y ha dejado todavía un vacío sobre otros temas que podrían marcar el debate.