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La iglesia es el tercer lugar en Francia en donde más se han producido abusos sexuales contra menores de edad desde 1950. La conclusión es de la Comisión creada por la Conferencia Episcopal francesa en 2018, tras la aparición de los primeros casos. Años de entrevistas y análisis de archivos eclesiásticos de diferentes diócesis de ese país han dibujado un panorama devastador: 216.000 víctimas de abusos o agresiones sexuales cometidos por clérigos; 114.000 víctimas de abusos cometidos por laicos que trabajaban con religiosos o centros educativos católicos.
El 56 % de todos los casos, dice el informe, acontecieron entre 1950 y 1969, mientras que en los años 70 y 80 hubo una reducción (22 %) y, a partir de ese momento, una estabilización (22 %). El informe tiene como corte el año 2020. Jean-Marc Sauvé, presidente de la Comisión, definió el fenómeno como “masivo”, reconoció que el panorama es más sombrío de lo esperado y solicitó a la iglesia pedir perdón. Algo a lo que el papa Francisco respondió.
El máximo jerarca de la iglesia católica expresó su “dolor” por las conclusiones, informó el Vaticano. En una nota de prensa la Santa Sede dijo que el pensamiento del papa Francisco “va ante todo a las víctimas, con gran dolor, por sus heridas, y agradecimiento, por su valentía en la denuncia, y a la Iglesia de Francia, porque, en la conciencia de esta terrible realidad, unida al sufrimiento de la Señor por sus hijos más vulnerables, pueda embarcarse en un camino de redención”.
“En este pontificado, con la política de tolerancia cero, se efectuó una reforma al código de derecho canónico que entra en rigor el 8 de diciembre de 2021”, recuerda Hernán Olano, vaticanista y rector de la Institución Universitaria Colegios de Colombia (UNICOC).
Dicha reforma, dice Henao, “hace más duras las sanciones desde el ámbito eclesiástico a todos los comprometidos con la violación de los derechos de las personas en incapacidad de resistir, siendo menores o mayores de edad, o que se encuentren en situación de indefensión frente a sacerdotes, religiosos o cualquier persona con autoridad en la iglesia”.
Bajo el actual pontificado han salido a la luz historias como la francesa en diversas partes del mundo. En 2018, un informe del gran jurado de Pensilvania reveló que más de 300 sacerdotes abusaron de niñas y niños durante las últimas siete décadas en Estados Unidos. En Australia una comisión parecida a la francesa concluyó en 2017 que “decenas de miles de niños fueron abusados sexualmente en las instituciones australianas”.
En Colombia se ha conocido de denuncias. En un informe publicado en 2019 por la ONG británica Child Rights International Network (CRIN), se reseñan 137 casosos. “En el actual pontificado se han tomado medidas que han desatado el nudo gordiano que se tenía en torno al encubrimiento de estas acciones. Todas ofenden el espíritu de la iglesia”, finaliza Henao. En Francia, entretanto, las víctimas se prestan a iniciar un largo proceso de sanación.
Entre las recomendaciones de la comisión figura revisar el secreto de confesión para que no pueda ser aplicado en caso de la comisión de crímenes, introducir laicos en los órganos de gobierno de la iglesia para evitar que los religiosos acumulen todo el poder, adaptar la formación de los curas o revisar la moral sexual, considerada ahora un tabú en el seno de la institución. El informe apuesta por crear un mecanismo de indemnización de las víctimas pero, sobre todo, por un reconocimiento de su condición. El presidente de los obispos franceses, Moulins-Beaufort, expresó su “vergüenza” por unos hechos que “por su carácter conmociona y por su número abruma”.