Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

Los partidos “invisibles” que podrían salvar a Donald Trump

Minorías, desde ambientales hasta xenófobas, tienen candidatos para estas elecciones en EE.UU.

  • ILUSTRACIÓN ELENA OSPINA
    ILUSTRACIÓN ELENA OSPINA
15 de abril de 2016
bookmark

Con cerca de 66 millones de votos, Barack Obama logró su segunda victoria en la presidencia de Estados Unidos y reafirmó el mandato del partido Demócrata. Detrás de él, Mitt Romney, del partido Republicano, estuvo muy cerca con solo cinco millones de votos menos.

Lo que muy poco se registró fue que en la cola del tren presidencial de 2012, “los otros”, como llaman a las minorías políticas de ese país, consiguieron un minúsculo 1,72 por ciento de los votos, y aún así, más de una centena de candidatos que no encajan en las listas republicanas y demócratas, volvieron a dar la pelea en las elecciones.

El partido Verde, tal vez el más popular por su ilucha ambiental, tiene a seis precandidatos entre los que se destaca Jill Stein, médica internista de Harvard, con 65 años y un historial de derrotas: la presidencia en 2012 y la gobernación de Massachusetts dos veces.

El partido Libertario, defensor a ultranza de la economía de libre mercado, la propiedad privada, los bajos impuestos y los derechos individuales, como la orientación sexual o la libertad de circular por le territorio sin importar la nacionalidad, también insiste con un precandidato fuerte: Gary Johnson, exgobernador de Nuevo México y perdedor en las elecciones pasadas a la presidencia.

A este le sigue el partido Estadounidense de la Libertad, promotor de la supremacía blanca y opositores vehementes a la inmigración y a la globalización. Su candidato, el polémico Bob Whitaker, famoso por crear una estrategia neurolingüística contra el genocidio blanco, ha hecho buenas migas con Donald Trump y no descarta acogerlo si este llega a quedarse sin los republicanos.

Por último, aunque abundan otras fuerzas políticas todavía con menor popularidad, está el partido de la Constitución, que proclama a un Estados Unidos cristiano y fundado bajo preceptos de la Biblia, y se opone a la inmigración ilegal, la eutanasia y el aborto. Su candidato, el ultraconservador Tom Hoefling, tiene cierta cercanía a Trump.

“Aunque insistentes, son extremadamente débiles y ninguno logra subsistir como un tercer partido. Son invisibles”, le dijo a EL COLOMBIANO, Henry Brady, decano de la Escuela Goldman para la Política Pública en la U. de California.

La principal razón, continuó, es que por el sistema electoral del país, un partido ganador necesita sumar fuerza en la mayoría de distritos, lo que significa que obtener un buen número de votos en pocos estados ni siquiera es suficiente si los demócratas y republicanos, como lo han hecho en la historia de la democracia norteamericana, arrasaron en los territorios.

“Algunos, como los libertarios, son fuertes, pero la mayoría de esos partidos son efímeros, versiones más extremas de los grandes bloques que no se quieren someter a la generalidad, fruto de disidencias temporales que se pueden negociar después. Simplemente buscan mostrarse y, solo dependiendo de circunstancias, sus votos se vuelven valiosos o no”, explicó Juan David Escobar, del Centro de Pensamiento Estratégico de la U. Eafit.

Para él, su falta de protagonismo es culpa de su falta de consistencia y, en esa medida, dice que no está mal el bipartidismo estadounidense, incluso que esa característica es síntoma de las democracias más maduras, ya que evidencian que, aunque tienen diferencias internas, logran consensos.

Por la misma línea opina Mauricio Jaramillo, internacionalista de la Universidad del Rosario, e incluso dice que si Trump no logra la nominación republicana, la presidencia será imposible para él en un tercer partido y los últimos meses de polémica campaña solo pasarán a la historia como un intento que no trascenderá.

Según Escobar, en cambio, sí es factible que Trump se convierta en un tercer candidato, no con los partidos menores ya consolidados, porque tienen ideas muy específicas, sino con un partido propio, creado por él y para sus ambiciones.

Incluso Brady ve esta opción como una posibilidad real. No obstante, duda una victoria del magnate y cree que el efecto más predecible sería el fortalecimiento de la demócrata Hillary Clinton.

El empleo que buscas
está a un clic

Nuestros portales

Club intelecto

Club intelecto
Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida