Era un día normal en el sitio de ensaladas de la avenida Madison en la mitad de Nueva York, el sitio operaba como cualquier otro día, un hombre le habló a una de las empleadas en español, al parecer se conocían de antes. En ese momento lo que pudo ser un detalle irrelevante se convirtió en todo un problema, Aaron Schlossberg un abogado de la zona comenzó a gritar, pidió la presencia del administrador pues “yo quiero que en mi país hablen nuestro idioma. Usted (administrador) está permitiendo que hablen en español a los clientes, ellos deberían hablar inglés esto es América”.
La historia no paró ahí, Schlossberg amenazó a los empleados de llamar al ICE (Immigration and Custom Enforcements) Es decir a los agentes de migración del Gobierno de los Estados Unidos y ahí fue troya.
Según varios miembros de los Estados Unidos esta ha sido la peor semana para el abogado, quien por su apellido puede ser de origen alemán, pues perdió su trabajo en la firma que trabajaba y la gente lo insulta en la calle. Además ha creado toda una gran ola de indignación en su contra.
Schlossberg ha protagonizado otros escándalos de racismo, hace un par de años un ciudadano estadounidense se lo encontró en la calle y el abogado lo acusó de ser extranjero y de no saber usar el andén.
Hoy salen a la luz todos estos episodios y al parecer, Schlossberg ya no puede ni pisar la calle.
De hecho un grupo de personas sabían dónde quedaba el domicilio del abogado y publicaron su dirección de residencia en internet por lo que se hizo una manifestación al frente de la residencia del abogado con serenata de mariachi incluído.
De hecho el diario británico Daily Mail asegura que luego de su mala fama en internet, una página llamada OpenSecrets.org reveló que Schlossberg donó 500 dólares a la campaña presidencial de Donald Trump.
