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El fin de semana pasado fue histórico para Hungría: en solo dos días recibió 5.909 refugiados procedentes, en su mayoría, de países de Oriente Medio y Asia. La cifra, entregada por la policía, es mayor si se suman los 13.162 refugiados que llegaron la semana anterior al país europeo. Se calcula que cada día están llegando 2.000 migrantes al país, pese al cierre de la frontera húngara y al gigantesco alambrado que impide su tránsito.
La llegada masiva de refugiados coincide con una nueva ley que castiga con cárcel a las personas que ingresen ilegalmente al país. Los refugiados, la mayoría de Siria, Irak y Afganistán, entran en Hungría por el paso fronterizo de Röszke, donde el Gobierno construye segunda valla para evitar cualquier tipo de filtración.
Los medios húngaros cuentan hoy con una afluencia récord de refugiados, que intentarán alcanzar suelo húngaro antes de que entre en vigor mañana la nueva legislación.La cifra de los 5.909 refugiados es un récord que no esperaba tan pronto el gobierno húngaro. En las próximas horas se celebrará un Consejo de Ministros en el que, se cree, se decretaría una emergencia por la migración masiva. Esto le permitiría al Ejército implementar nuevas y más drásticas tareas de emergencia en la frontera.
A la espera de comprobar la dureza con la que Hungría aplicará la nueva ley, analistas y expertos policiales de varios países han indicado que el flujo de refugiados puede cambiar de ruta, de Serbia hacia Croacia y Eslovenia, con el fin de evitar suelo húngaro.
La llegada récord de refugiados se produce además cuando Alemania, el destino preferido de la mayoría de los refugiados, ha modificado su política de puertas abiertas y ha restablecido los controles fronterizos, dejando en suspenso los acuerdos de Schengen que garantizan la libre circulación en el territorio.
Sobre este punto, el ministro alemán de Interior, Thomas de Maizière, dijo que, según la legislación europea, su país no es responsable de la mayoría de solicitantes de asilo que llegan e instó a todos los socios a respetar el convenio de Dublín que, recordó, sigue en vigor. Esa normativa establece que los peticionarios de asilo deben ser registrados en el primer país europeo al que llegan, encargado también de tramitar sus solicitudes.
Según estimaciones de la Acnur, la oleada de refugiados este año podría alcanzar las 25.000 personas. Fuentes de la Agencia de la ONU para los refugiados (Acnur), que solicitaron el anonimato, explicaron a Efe que Hungría ya no registra a los recién llegados en su territorio sino que los embarca en autobuses y trenes hacia la frontera con Austria.