El solicitante de asilo sirio de 27 años que el pasado domingo murió tras detonar un artefacto explosivo en la localidad de Ansbach (sur de Alemania) e hirió a doce personas tenía una orden de expulsión a Bulgaria, pero no había sido ejecutada.
Según explicó en rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Interior, Tobias Platte, se está investigando por qué no se le había expulsado del país, procedimiento del que son responsables los estados federados.
El hombre llegó a Alemania hace dos años y presentó una solicitud de asilo, que fue denegada hace un año; desde entonces vivía en un albergue de Ansbach.
Platte explicó que los ciudadanos sirios a los que se les deniega una petición de asilo “en ningún caso” son expulsados en estos momentos a su país de origen, pero sí pueden ser devueltos a otros países europeos en los que fueron antes registrados.
En el caso del joven sirio sospechoso de haber provocado la explosión había constancia de su paso por Austria y Bulgaria.
El caso ha reactivado el debate sobre la situación de los refugiados en Alemania, país al que llegaron el año pasado cerca de 1,1 millones de solicitantes de asilo y que en el primer semestre ha recibido ya a 220.000.
Hallan más explosivos y conexiones con el Estado islámico
La Policía halló diversos materiales susceptibles de ser utilizados para fabricar bombas en la habitación que ocupaba en un albergue de Ansbach el solicitante de asilo sirio que el pasado domingo se mató al detonar un artefacto explosivo con el que hirió a quince personas.
En rueda prensa para presentar los últimos detalles de la investigación, la Policía explicó que encontraron, entre otros materiales, un bidón de gasolina, ácido clorhídrico, pilas, alambres y guijarros, además de un ordenador portátil con imágenes de violencia relacionadas con el grupo terrorista Estado Islámico.
En hombre, que contaba hasta con seis perfiles en Facebook, tenía además un ordenador portátil con imágenes de violencia relacionadas con el grupo terrorista Estado Islámico, dos teléfonos móviles, varias tarjetas SIM y un “fajo de billetes de 50 euros”.
La explosión, que lanzó piezas de metal a veinte metros de distancia, le destrozó la aorta, el pulmón y el hígado y murió de forma inmediata.
En la autopsia se ha descubierto que el hombre, originario de Alepo y de 27 años, tenía “heridas de guerra” en las piernas y los pies, aunque Fertinger señaló que todavía hay que investigar si había participado en combates en su país.
Según informó en la misma rueda de prensa el ministro de Interior del estado federado de Baviera, Joachim Herrmann, en el móvil del joven se halló un vídeo en el que amenazaba en árabe con atentar en Alemania en nombre del Islam y se declaraba seguidor de Abu Bakr al-Baghdadi, el líder de la organización terrorista Estado Islámico (EI).