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La decisión de Angela Merkel de retirarse progresivamente debilitará el eje franco-alemán en la Unión Europea (UE) y podría incluso paralizarla en tanto se enfrenta al auge de los populistas antieuropeos.
“Merkel contará con menos autoridad tras haber anunciado su marcha”, estima Jean-Dominique Giuliani, presidente de la Fundación Schuman, un análisis compartido por Sebastien Maillard, director del instituto Jacques Delors, para quien este es “un golpe duro para Europa”.
El anuncio de retirada de la canciller podría afectar a las próximas grandes citas europeas, especialmente la cumbre de diciembre en Bruselas consagrada a la política migratoria y a la reforma de la zona euro, dos temas que dividen a los países del bloque.
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“Nada pasará antes de finales de año y nada pasará probablemente antes de las elecciones europeas” previstas para mayo de 2019, avanza Julian Rappolt, analista del European Policy Center. “Existe un riesgo de parálisis a nivel europeo”, agrega. La Comisión europea no tiene la misma opinión. Uno de sus responsables, bajo anonimato, asegura que esperaban la decisión y que “ésta no cambia nada”. “La canciller no se irá inmediatamente”, apunta.
Polonia expresó este lunes su deseo de que la jefa del gobierno alemán, en el poder desde 2005, pueda finalizar su actual mandato en 2021, insistiendo en su papel “estabilizador”.
Después de Merkel, ¿quién?
Sin embargo, su anuncio abrió un periodo de incertidumbre sobre quién la reemplazará al frente de su partido, la CDU? Todo ello en tanto la UE prepara un nuevo impulso a partir de la marcha de Reino Unido, la primera de un país miembro, en marzo.
Para Rappolt,el continente está ante un periodo de incertidumbre abierto, en un momento en que “Europa atraviesa una grave crisis interna y sus cimientos se están derrumbando” con el auge de los movimientos y partidos populistas eurófobos. “Hay muy poco liderazgo en Europa. La mayoría de los dirigentes están en dificultades y algunos incluso cayeron”, agrega a la AFP.
El presidente francés, Emmanuel Macron, “se esforzó en dar un impulso, pero sus iniciativas no encontraron mucho apoyo en el resto de la UE”, confirma el analista del European Policy Center. Maillard considera que Merkel no lo ayudó a alcanzar ese impulso ya que, a su juicio, “siempre se tomó su tiempo, siempre estuvo a la defensiva”. “Es hora de que Alemania diga lo que quiere y lo que no quiere”, subraya Jean-Dominique Giuliani.
Líder ante Trump
Esta visión compartida por otros expertos enturbia la imagen de una dirigente partidaria de la solidaridad entre los 28 en la acogida de migrantes, y la defensa del multilateralismo frente al proteccionismo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El director del instituto Jacques Delors es también muy crítico. “No sabría ponerle su nombre a algún acervo europeo importante. Merkel nunca tuvo una visión para Europa. Es más estratega que visionaria”, apunta.
“Ella tuvo actitudes lamentables como la defensa de los vehículos alemanes durante la guerra comercial con Trump o la defensa del diésel”, lamenta Maillard, para quien ella “defendió los intereses comerciales alemanes sin visión sobre lo que implicaría para Europa”