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Inevitable: Chile cae en extremo político tras sus presidenciales

Gabriel Boric, de izquierda radical, lidera sondeos. Su rival de extrema derecha, José Kast, ganó la primera vuelta.

  • Inevitable: Chile cae en extremo político tras sus presidenciales
  • José Antonio Kast, candidato a la Presidencia de Chile por el Partido Republicano. FOTO: EFE
    José Antonio Kast, candidato a la Presidencia de Chile por el Partido Republicano. FOTO: EFE
  • Gabriel Boric, candidato a la Presidencia de Chile por la coalición Apruebo Dignidad. FOTO: EFE
    Gabriel Boric, candidato a la Presidencia de Chile por la coalición Apruebo Dignidad. FOTO: EFE

Chile está ad portas de un 2022 de cambios. Este domingo, 15 millones de personas están habilitadas para elegir al próximo presidente, un puesto que se define entre el líder del partido Frente Amplio y representante de la coalición Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, y la cabeza del Partido Republicano, José Antonio Kast.

Boric, el candidato de izquierda de 35 años, es el favorito para quedarse con el Palacio de la Moneda, con una favorabilidad marcada por todas las encuestas y que oscila en los seis puntos porcentuales de ventaja en relación con la intención de voto de su contricante (ver gráfico).

Kast, el líder de derecha de 55 años de los que 26 ha estado ejerciendo cargos públicos, quedó en la primera posición en la primera vuelta de noviembre, sacando apenas dos puntos porcentuales de diferencia sobre Boric, una delantera que se acortó en los sondeos de las últimas semanas.

Si Gabriel Boric gana las elecciones, Chile tendría la Presidencia más a la izquierda desde Salvador Allende; si José Antonio Kast logra revertir el resultado que vaticinan los analistas, el país conseguiría el mandato más a la derecha desde la dictadura de Augusto Pinochet, una sombra que estuvo en el espectro de la campaña de este 2021.

“Las encuestas perfilan un resultado apretado con una leve ventaja para Boric. La definición va a depender de cuánta gente sale a votar y de quiénes lo harán. Si muchos adultos mayores van a las urnas, Kast podría ganar”, apunta el analista chileno Patricio Navia, profesor de la Universidad de Nueva York.

El hijo del nazi

José Antonio Kast, candidato a la Presidencia de Chile por el Partido Republicano. FOTO: EFE
José Antonio Kast, candidato a la Presidencia de Chile por el Partido Republicano. FOTO: EFE

El 11 de Septiembre de 1973 Chile escogió la libertad. El país que tenemos hoy es gracias a los hombres y mujeres que se alzaron para impedir la revolución marxista en nuestra tierra”: esa fue la declaración de Kast en septiembre de 2018, cuando el país recordaba los 45 años del golpe de Estado de los militares comandados por Pinochet contra Allende.

Ese día marcó el inicio de un periodo de 17 años de una Junta Militar de Gobierno precedida por Pinochet, lapso en el que la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura contó más de 40 mil víctimas y cerca de 3 mil muertos y desaparecidos por las fuerzas del Estado.

En plena campaña, Kast se refirió al golpe de de Estado contra Allende como un “quiebre institucional”. Él es casado, tiene nueve hijos y militó durante 20 años en la Unión Demócrata Independiente, la colectividad de ultraderecha que lo llevó a la Cámara de Diputados, pero que dejó en 2019 para fundar el Partido Republicano.

Es hijo de migrantes alemanes y su padre Miguel Kast perteneció al Partido Nazi. No se molesta cuando lo vinculan con la ultraderecha, por el contrario, asumió las críticas como una ocurrencia de campaña, posando con una camiseta que rezaba la frase: “Dicen que soy extremo”.

Como diputado defendió el libre mercado, las empresas y posturas neoliberales, fue un crítico del estallido social de 2019 y apeló por la mano dura contra los manifestantes que consiguieron que el Gobierno de Sebastián Piñera convocara al Plebiscito para la Convención Constituyente. Mientras Kast llamaba al orden desde el legislativo, Boric encabezaba las marchas en Santiago.

Gabriel Boric, candidato a la Presidencia de Chile por la coalición Apruebo Dignidad. FOTO: EFE
Gabriel Boric, candidato a la Presidencia de Chile por la coalición Apruebo Dignidad. FOTO: EFE

El manifestante inexperto

Gabriel Boric saltó del activismo universitario a tener un escaño en la Cámara de Diputados por la región de Magallanes. El abogado comenzó su carrera política en la Federación de Estudiantes, fue presidente de esa asociación en 2012 y para 2014 alcanzó una curul en el legislativo.

Sus siete años en esa cámara son la carta de experiencia que presenta para las presidenciales, a las que llegó avalado por el progresista Frente Amplio, partido con el que resultó ganador de la coalición interna de las colectividades de izquierda. En sus filas también están el Partido Comunista y los socialdemócratas.

Boric encabezó el estallido social de octubre y noviembre de 2019: las marchas que comenzaron como una queja contra el alza en el precio del tiquete del metro de Santiago y resultaron en un movimiento nacional contra el sistema de pensiones, la economía y la cobertura social del Estado.

A un mes de las protestas, fue Boric quien se sentó en la mesa con el Gobierno para negociar el Acuerdo por la Paz del 15 de noviembre que levantó, en el papel, los bloqueos en las calles. Ese documento tuvo que firmarlo a título personal porque su partido le retiró el apoyo para acordar un pacto con Piñera.

El izquierdista se declara admirador de Salvador Allende y de la segunda administración de Michelle Bachelet, quien hoy es alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y manifestó públicamente su apoyo a Boric para la segunda vuelta.

“No da lo mismo por qué candidato se vota, y por eso yo voy a votar por Gabriel Boric. Y quiero hacer un llamado a todos mis compatriotas a que asistan a votar respetando a los que piensan diferente”, afimó Bachelet (ver recuadro).

Cambios de discurso

El primer plan de gobierno que presentó Kast planteaba romper relaciones con Cuba y Venezuela, retirar a Chile del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, coordinarse con otros países para resolver casos de “agitadores de izquierda”, derogar la ley que permitía el aborto y aplicar beneficios en el pago de la salud solo para personas casadas. Todos esos puntos desaparecieron del borrador que postuló para segunda vuelta.

El cambio no se dio solo en la derecha. Boric había mostrado una aparente mano amiga con la migración, presentando como propuesta de campaña un proyecto de soluciones habitacionales para migrantes con y sin documentos. Esa premisa salió de su programa y fue reemplazada por un planteamiento para tener “fronteras ordenadas y migración regular”.

Boric, quien en el pasado caminó las calles de Chile en las protestas, ahora propone mejorar la dotación de los agentes de carabineros: la policía que vigila las manifestaciones, y en el último debate afirmó que es necesario “hacer cumplir” las normas del Estado en las marchas. Ambos miran al votante de centro, pero dejan sin sabores entre los bandos más extremos –de derecha e izquierda– que los llevaron hasta el balotaje.

A ese intento de conquistar los sufragios del medio se suma el factor Franco Parisi: ese candidato fue tercero en la primera vuelta con el 12% de los sufragios y no se sumó oficialmente a ninguna de las campañas. Quienes lo apoyaron, más cercanos a la derecha, podrían acercarse a la campaña de Kast, pero esa cuestión es una incógnita que solo encontrará respuesta hasta la noche del domingo.

Con la corta diferencia que tuvieron en la primera elección, el giro al centro y el elemento Parisi de por medio, el izquierdista va a las urnas con una aparente ventaja, pero la ventana sigue abierta para que la derecha se mantenga en el Palacio de la Moneda.

Quien gane no tendrá un Gobierno de mayorías porque ninguno de sus partidos predomina en el nuevo Congreso y en la agenda del futuro presidente está asumir el llamado a Plebiscito para refrendar la propuesta de una nueva magna que resultará de la Convención Constituyente en 2022.

“Espero que quien sea electo presidente de Chile nunca se olvide que va a ser el presidente de todos los chilenos y chilenas”, pidió Sebastián Piñera, en un país polarizado que se alista para la transición más tensa de las tres últimas décadas .

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Juliana Gil Gutiérrez

Periodista egresada de la facultad de Comunicación Social - Periodismo de la Universidad Pontificia Bolivariana.

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