Al juez Edwin Cameron el nobel de Paz Nelson Mandela lo declaró como uno de los nuevos héroes de Sudáfrica. Él es un defensor de los Derechos Humanos que llegó a las altas cortes del país desde 1999 y estuvo en los tribunales, el Supremo y el Constitucional, hasta su retiro en agosto de este año.
En ese lapso, participó en los mecanismos de justicia transicional implementados tras el fin del apartheid, que fue el sistema de segregación racial que tuvo Sudáfrica entre 1948 y 1994. Así, hizo parte de la Corte creada para el proceso del fin de la segregación racial.
Cameron habló con EL COLOMBIANO durante su visita a la Universidad de los Andes para compartir la experiencia del proceso de paz y la transición de su país. Ahora se dedica a estudiar los procesos de cambio que viven naciones como Colombia, Namibia y Zimbawe.
¿Hoy en día Sudáfrica tiene liderazgos fuertes como el de Nelson Mandela?
“Mandela fue uno en la vida, pero hay líderes destacados. El presidente Cyril Ramaphosa es un hombre impresionante, íntegro, que no es corrupto, lo que es inmensamente importante para nuestra nación. Además, está comprometido con la justicia social”.
¿Cuál es la clave del éxito en la transición sudafricana?
“Rechazar la dominación racial. Ya no tenemos un sistema basado en la raza, pero aún hay grandes disparidades entre blancos y negros, ricos y pobres, y entre diferentes áreas de nuestro país. Sí alcanzamos mucho con la transformación desde la supremacía blanca racista a una democracia constitucional, pero aún hay un fantasma en la justicia social”.
¿Cuáles son las huellas del apartheid?
“Hay enormes diferencias entre blancos y negros. Los blancos controlan un monto desproporcional de riqueza e ingresos. Muchos barrios están integrados, pero en la práctica (no legalmente) aún permanecen segregados. Aunque también es significativo el control que ha ganado la gente negra”.
Tomando el ejemplo de Sudáfrica, ¿qué opina del rol del gobierno de Colombia en la ruta a la paz?
“Prefiero no hablar del gobierno colombiano. Pero sí diré que cuando Sudáfrica se convirtió en una democracia Ruanda estaba pasando por un genocidio. Tenemos que ser muy cuidadosos de conservar estos procesos. No conozco mucho de Colombia, pero sí sé de las muertes que tuvimos en mi país. Hay que evitar el conflicto, la pérdida de vidas humanas y buscar la justicia y la paz”.
A veces la paz termina siendo un instrumento político...
“Es inevitable que la paz sea politizada. Por eso hay que crear condiciones en la justicia y defenderlas para que la paz sea posible”.