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Una antigua guerra entre Israel y Líbano pareciera llegar a su fin luego de que alcanzaran un acuerdo histórico, mediado por Estados Unidos, para solventar una disputa sobre sus fronteras marítimas que puede desbloquear la explotación de los recursos gasísticos de la zona.
“Este es un logro histórico que fortalecerá la seguridad de Israel, inyectará miles de millones en la economía israelí y garantizará la estabilidad de nuestra frontera norte”, confirmó el primer ministro israelí, Yair Lapid.
Además, el ministro aseguró que el borrador “cumple todos los principios económicos y de seguridad establecidos por Israel”.
Estados Unidos mediaba desde hace dos años entre estos vecinos sin relaciones diplomáticas para resolver la disputa por la demarcación de esas aguas ricas en gas en el Mediterráneo.
Los 860 kilómetros cuadrados del mar Mediterráneo cubren los yacimientos de gas de Karish y Qana. El acuerdo consistiría en que Israel pasaría a explotar el primero y Líbano el segundo, según algunos medios especializados.
El mediador enviado de EE. UU., Amos Hochstein, presentó una propuesta a principios de mes, que pareció recibirse con buenos ojos por ambas partes. Aunque el pacto pareció quebrarse después de que Israel rechazara las enmiendas introducidas por Beirut, las negociaciones continuaron hasta sellar el acuerdo final.
“Todas nuestras demandas fueron satisfechas, los cambios que pedimos fueron corregidos. Protegimos los intereses de seguridad de Israel y estamos en camino de un acuerdo histórico”, dijo el pasado martes en un comunicado el líder negociador de Israel, Eyal Hulata.
Sin embargo, una parte de este yacimiento superará la línea fronteriza entre ambos países, con lo que Israel se llevaría parte de los beneficios de la explotación.
En un contexto de escasez de gas en Europa por la invasión de Ucrania, Israel quiere empezar cuanto antes la explotación en Karish para exportar hacia el Viejo Continente.