“Es el momento de Harris”, es la insignia de la revista Time con el rostro de la vicepresidenta Kamala Harris en su portada, la candidata que refrescó el rumbo de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Después de que Joe Biden se bajara de la carrera presidencial, la revista estadounidense destacó en su publicación de este lunes que Harris, de 59 años, renació en medio de “una contienda que giraba en torno al deterioro cognitivo de un presidente geriátrico”.
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Ahora a su contrincante, Donald Trump, se le desgastó su argumento de arremeter contra la avanzada edad de Biden, debate que había sido un pilar en su campaña, pese a que es solo tres años menor que el presidente, y se encontró a Harris, la nueva cara demócrata y férrea figura de los derechos de las mujeres.
Pese a que Harris no ha concedido entrevistas para discutir su administración como vicepresidenta con Biden y sus cambios de política de cara a la Casa Blanca (incluso la misma revista Time resaltó que el equipo de campaña de Harris rechazó una solicitud de entrevista) el medio consideró que una “segunda presidencia de Donald Trump ya no parece inevitable”.
Al parecer, la demócrata “que se convirtió en un fenómeno político”, dice Time, estaría esperando al debate presidencial contra el republicano de 78 años el próximo 10 de septiembre.
Harris, dice el artículo, fue “subestimada”, pero ahora enfrentando a Trump se la ve como “una ex fiscal que compite contra un delincuente convicto”, pues sobre el magnate pesa una declaración de culpabilidad por falsificar registros empresariales para encubrir un escándalo sexual con una actriz porno en la campaña de 2016.
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“Una defensora del derecho al aborto que compite contra el hombre que ayudó a revocar Roe vs. Wade”, dice Time en crítica a la influencia de Trump en el caso Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization, que revocó el precedente de Roe vs. Wade (1973) y terminó con el derecho federal al aborto, pues fue en gran parte el resultado de los jueces que Trump nominó durante su presidencia. El mismo expresidente ha dicho que es “orgullosamente responsable” de este veredicto.
Pero para Harris, defender el derecho al aborto ha sido un tema natural, a comparación de Biden, pues para el presidente, siendo un católico devoto, “el aborto nunca fue un tema cómodo”.
Además, a Harris se le ve como a “una demócrata de la próxima generación que compite contra un republicano de 78 años” por lo que se convirtió en “una alternativa creíble a los dos ancianos impopulares que han ocupado el cargo durante los últimos ocho largos años”.
La vicepresidenta, que antes parecía relegada a un papel secundario, emergió como una figura clave en la carrera presidencial, tanto que “las bases demócratas moribundas cobraron vida”, describió Time.
Harris habría logrado llevar un mensaje fresco: su candidatura representaría el futuro del Partido Demócrata. “Ya no tiene que ser una fiel adjunta del presidente que toma todas las decisiones. Ahora, finalmente, el momento es suyo”.
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