Desde ayer en la madrugada, los australianos no pueden publicar enlaces a artículos de noticias o ver las páginas de Facebook de medios. Luego de años de justificar lo difícil que es controlar contenidos específicos en su plataforma, la red de Mark Zuckerberg vuelve a mostrar que, después de todo, sí...
ANÁLISIS
Tontos y más tontos
wilson vega
@Wilson Vega Editor de Abecediario.co
Desde ayer en la madrugada, los australianos no pueden publicar enlaces a artículos de noticias o ver las páginas de Facebook de medios. Luego de años de justificar lo difícil que es controlar contenidos específicos en su plataforma, la red de Mark Zuckerberg vuelve a mostrar que, después de todo, sí dispone de un switch On/Off. Y lo usó para responder a lo que muchos consideramos el bluff de las autoridades australianas, que trataron de imponerle, con una ley, una obligación de pagar por el contenido producido por medios informativos como sitios web de noticias, periódicos, emisoras y noticieros de tv, que se distribuye en su plataforma. Enfrentadas al “apagón” de noticias, las autoridades locales salieron a decir que Facebook se equivocó. En opinión del tesorero Josh Frydenberg, se trató de acciones “innecesarias, de línea dura, que dañarán su reputación en Australia”. A su vez, Facebook dice que las noticias no son parte importante de su servicio y que pierden más, mucho más, los grupos editoriales que –y esto ya lo vimos ayer– dependen del tráfico que les remite la red. Puede que estemos ante una de esas situaciones en la que todos se equivocan, todos hacemos del tonto. Australia hace bien en examinar maneras de que los que producen las noticias reciban al menos parte de las ganancias derivadas de su distribución, pero doblarle el brazo en la espalda a una firma multimillonaria no era la vía más productiva. Tonto, pues, el Gobierno, al no manejar mejor la situación. A su vez se equivoca Facebook, no porque no sea cierto que pierden más los medios, sino porque la decisión es una declaración sobre el valor que da a la información veraz que producen casas periodísticas. Sin haber resuelto el problema de las fake news, es una declaración peligrosa. Podría haber abierto un diálogo, trazar estrategia como quien juega al ajedrez. Nada en la ley de Australia dice cuánto tiene que pagar y podría haber usado el caso para negociar un monto simbólico. Prefiriró no crear un precedente global y tirar el tablero por los aires. Tonto. Para los australianos, el hecho confirma el inmenso poder de los gigantes digitales. Llámenme simple, pero yo no necesitaba un “apagón” para darme cuenta de que firmas como Facebook, Google, Twitter y Amazon tienen un enorme poder. En esta situación todos pierden, en especial el público que confió en esa red para mantenerse informado. Esos tal vez sean los peores tontos de todos.