Al menos para el mundo occidental pocas fechas destilan la magia –comercial y religiosa– de la Navidad. El 25 de diciembre tiene una trayectoria que se remonta a los calendarios previos al cristianismo: los antiguos romanos festejaron del 22 al 25 el carnaval del Sol Invicto. Para muchos estudiosos, esta efeméride es el motivo de ubicar el nacimiento de Jesús a finales del año. Más allá de discusiones históricas, este año varios países han decidido cancelar los festejos decembrinos por la presencia de la variante ómicron de la covid-19.
A pesar de que el 82 % de su población ha sido vacunada, Ámsterdam decidió suprimir los eventos programados para despedir el año. Tal decisión fue respaldada por los obispos holandeses, quienes votaron por no celebrar las misas de la Nochebuena. Una medida similar se tomó en Múnich: el alcalde Dieter Reiter cerró los tradicionales mercadillos de Navidad.