El partido que Estados Unidos disputó contra Irán el pasado 29 de noviembre en el Mundial de Qatar, cuyo marcador finalizó 1-0 a favor del equipo americano, trascendió más allá del deporte y recordó las tensionadas relaciones que han mantenido durante años ambos países.
Tras la victoria de Estados Unidos, varios videos de celebraciones de hicieron virales, entre ellos uno en el que apareció celebrando el resultado del encuentro deportivo Mehran Samak, de 27 años.
En medio del júbilo por la victoria del equipo estadounidense se mezclaron entre las palabras y frases de celebración de los iraníes frases como “¡muerte al dictador!” que se ha configurado como un lema de lucha popular tras el presunto asesinato de la joven Mahsa Amini por supuestamente no llevar “bien puesto el velo”.
Tras el partido, Samak publicó en su cuenta de Twitter una imagen que acompañó con el siguiente mensaje: “Felicidad de la gente después de la derrota de Estados, es otra imagen de ese famoso eslogan de los agricultores de Isfahan que dice ´nuestro enemigo yace aquí mismo es Estados Unidos´ estas personas te consideran su enemigo. Están tristes por su felicidad. Este es el fin del gobierno que es el mayor enemigo de su pueblo”.
Como apoyo al equipo estadounidense Mehran Samak también tocó la bocina de su carro en la ciudad de Bandar Anzali, ubicada en la cosa del Mar Caspio, al nordeste de Teherán.
El grupo Irán Human Rights (IHR), con sede en Noruega, denunció que por hacer público su apoyo al equipo el joven fue objetivo deliberado de las fuerzas de seguridad del país, institución a la que le atribuyeron los disparos que recibió en su cabeza.
Mehran Samak también había participado de forma frecuente en las manifestaciones que se generaron tras la muerte de Mahsa Amini. En sus redes sociales incluso publicaba imágenes que hacían referencia a la lucha por los derechos humanos en el régimen iraní.
“Pueblo libre y amante de la libertad de Irán, sepa que no está solo. El mundo entero está gritando con una sola voz para derrocar a este gobierno sediento de sangre y asesino de niños. La victoria y la libertad están cerca. Unidad, unidad, unidad. Mujer, vida, libertad. Hombre, patriotismo”, había publicado hace algunos días en su Instagram.
El joven también usaba sus cuentas en redes sociales para convocar a diferentes personas a unirse a las protestas en contra del presidente iraní Ebrahim Raisi, denunciado ampliamente por violar libertades individuales, desentenderse por completo de los derechos humanos de las mujeres y perseguir opositores durante su mandato.
El centrocampista de la selección iraní Saeid Ezatolahi conoció a Samak pues vivían en la misma ciudad, por esto el asesinato le causó gran tristeza. Con una imagen de los dos cuando eran pequeños y entrenaban fútbol, el centrocampista escribió un sentido mensaje.
“Tras la derrota amarga de la pasada noche, la noticia de tu muerte incendió mi corazón”, escribió Ezatolahi en una historia de su cuenta de Instagram. “Llegará un día en que las máscaras caerán y se descubrirá la verdad. No es lo que nuestros jóvenes merecen, esto no es lo que nuestra nación merece”, dijo el futbolista en su mensaje.
El asesinato de Samak es el reflejo de la marcada división que se vive entre la población iraní donde por un lado se encuentran los que apoyan el gobierno de Raisi, y repudian la injerencia de Estados Unidos y los que solicitan que este país tenga una mayor participación en los asuntos internos como medida de solución a la delicada realidad que padecen allí.
En medio de la extensa protesta social adelantada en Irán organizaciones de derechos humanos han puesto la lupa en la represión contra los jóvenes que alzan su voz. De acuerdo a información de Irán Human Rights (IHR) al menos 448 personas, entre ellas 60 menores de edad, murieron a causa de la represión de las fuerzas de seguridad.
En la angustiosa relación entre Irán y Estados Unidos que cumple más de 60 años se destacan algunos hechos: en 1953 Mohamed Mosaddeq, el primer ministro iraní, fue derrocado con la colaboración de los servicios secretos de Estados Unidos y Gran Bretaña, con el propósito de evitar sus planes de nacionalizar la industria petrolera nacional.
Otro hecho importante fue cuando el 29 de enero de 2002 George W. Bush tras los atentados terroristas del 11 de septiembre nombró a Irán, Irak y Corea del Norte como el “eje del mal”. Para esta época el gobierno estadounidense planeaba invadir Irak y veía con recelo a Irán por la supuesta amenaza de desarrollo de “armas nucleares” en el país.
En 2018, el por entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la finalización unilateral del acuerdo nuclear internacional con Irán, y amenazó los países que importaban petróleo de Irán con sanciones.
Y finalmente en 2020 Estados Unidos matò con un ataque específico de drone a Qasem Soleimani, comandante de la Guardia Revolucionaria iraní y líder de la fuerza de élite Quds, en la capital iraquí, Bagdad. Tras enterarse del hecho, Alí Jamenei, líder espiritual de Irán, anunció “una severa venganza”.