El primero de septiembre de este año más de cien personas murieron en un naufragio frente a la costa de Libia. Los sobrevivientes, con otro grupo interceptado en el mar, fueron llevados al día siguiente a la ciudad de Khoms (120 kilómetros al este de Trípoli) por la guardia costera Libia. En otras palabras, fueron obligados a regresar al país del que intentaron escapar a través del mar Mediterráneo.
Según explicaron los sobrevivientes a Médicos Sin Fronteras (MSF), organización que presta atención a los migrantes, tanto a quienes están atrapados en Libia como a aquellos que logran escapar rumbo a Europa, dos lanchas de goma salieron de la costa de Libia a primera hora de la mañana de ese primero de septiembre. Cada lancha transportaba a más de 160 personas entre las que se encontraban sudaneses, malienses, nigerianos, cameruneses, ghaneses, libios, argelinos y egipcios.
“La primera lancha se detuvo debido a una falla en el motor, pero la nuestra continuó navegando y comenzó a desinflarse alrededor de la 1 p.m. Éramos 165 adultos y 20 niños a bordo”, explicó un sobreviviente del naufragio. Aquellos que se salvaron de morir ahogados ahora se encuentran en un centro de detención, lugar al que la guardia costera de Libia lleva a las personas que encuentran en sus costas.
Estas imágenes suministradas por la organización MSF a EL COLOMBIANO muestran cómo viven estas personas en el lugar.
Entre los sobrevivientes está una pareja que fue separada. Para mantener el contacto, cada que los guardias se lo permiten, se encuentran por la ventana.