Racista y tramposo, así comenzó Michael Cohen, exabogado del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, su declaración ante el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, que escuchó el repertorio de acusaciones de su exasesor personal sobre los delitos que cometió en el tiempo que trabajó junto a él. Su conclusión: “Me avergüenzo de haber elegido ocultar sus actos ilícitos”.
Cohen fue uno de los hombres clave de su campaña a las elecciones presidenciales de 2016, que estuvieron manchadas por la filtración de correos en Wikileaks de su contrincante demócrata, Hillary Clinton, la injerencia rusa en los comicios y los escándalos personales de Trump. Todos esos elementos hicieron parte de la lista de irregularidades que denunció Cohen.
Negocios y política
Según Cohen, al tiempo que Trump estuvo en la contienda política, este y sus familiares tuvieron vínculos con Moscú. En el marco de la campaña, en junio de 2016, miembros de su equipo y su hijo Donald Trump Jr se reunieron con una abogada rusa para perjudicar a Clinton. Y los vínculos, de acuerdo con el testimonio, iban más allá de lo político: en su faceta de empresario estaba negociando la construcción de una Torre Trump en Moscú.
“Él mintió porque estaba dispuesto a ganar cientos de millones de dólares en el proyecto inmobiliario”, aseguró su exabogado. No es la primera vez que los asuntos políticos de Trump se conjugan con sus negocios: su vínculo con Arabia Saudita también está marcada por el petróleo de ese país, que le interesa al Estados Unidos, y la expansión de su marca de hoteles.
No solo fue Rusia. “Era un candidato presidencial que sabía que su colaborador Roger Stone estaba hablando con el fundador de Wikileaks, Julian Assange, acerca de una filtración de los correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata”, indicó Cohen a la Cámara. Gracias a este escándalo, la imagen de Clinton decayó, favoreciendo de esta forma el triunfo republicano
Pasando la página de los negocios del multimillonario que se convirtió en presidente, llegaron las acusaciones personales. Cohen presentó una copia de un cheque que haría parte del pago de 130 mil dólares con el que Trump habría convencido a la actriz porno Stormy Daniels de mantener en secreto su relación extramatrimonial, dinero que habría liquidado cuando ya era presidente, en agosto de 2017.
Este pago podría haber violado las leyes sobre financiación electoral porque su objetivo era preservar su imagen.
¿A Trump le importa?
Antes de partir a Vietnam, el mandatario aseguró que su exabogado es uno de los tantos que lo representaron (...) e “hizo cosas malas sin relación con Trump. Él está mintiendo para reducir su tiempo de prisión”. La estrategia del presidente ha sido desligarse de los miembros de su campaña que terminan salpicados por este caso.
Esta audiencia se da en un escenario en el que Trump pretende aspirar a la reelección, ante lo que Javier Garay, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Externado, indica que su imagen puede no verse afectada porque la política estadounidense ya está dividida entre los que están en su contra y aquellos que lo apoyan a pesar de todo. Sin embargo, “desde el Congreso sí debería tener algún impacto, son cosas graves que dejan una oportunidad del lado de los republicanos para que se desliguen de Trump con el fin de volver a dar un sentido de nivel a la política estadounidense”.
Con el testimonio de Cohen, Trump sumó una página más en su lista de escándalos que van más allá de lo político.
