Según datos del Plan de Ordenamiento Territorial Agropecuario, la región de Urabá, con sus 11 municipios, abarca alrededor de 1.163.000 hectáreas. Sin embargo, no todas son explotables, ya que están restringidas por razones de protección ambiental, lo que garantiza la sostenibilidad del ecosistema.
Esta región del departamento de Antioquia se encuentra en una coyuntura estratégica: sus condiciones climáticas, ubicación clave y suelos fértiles hacen de esta un vasto territorio con oportunidades de desarrollo. Actualmente, registra cerca de 122.000 hectáreas dedicadas a la actividad agrícola (siembra de banano, plátano, arroz, maíz, cacao, palma de aceite, entre otras), lo que representa un 10,5 % del total de la subregión.
Se han identificado, además, 350.000 hectáreas adicionales con potencial para la expansión de cultivos, abriendo oportunidades para diversificar la producción y fortalecer la seguridad alimentaria del país, indica la Secretaría de Desarrollo Económico de la Gobernación de Antioquia. Algunas alternativas para ampliar la producción son el café especial, la cúrcuma, el jengibre, el achiote, la granadilla, la pitahaya, el mangostino, la guayaba, el lulo y las aromáticas tropicales.
Por su parte, un sector significativo del resto del territorio se destina a otros usos. En cerca de 518.000 hectáreas se siembran pastos y forrajes que resaltan la importancia de la ganadería extensiva en la región, la cual posee el hato ganadero más grande de Antioquia, con más de 626.000 cabezas de ganado en 8.200 fincas, de acuerdo con la Cámara de Comercio de Urabá.
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Un trabajo organizado
Más allá de las bondades y la disponibilidad del suelo, se hace necesario conocer cada rincón del territorio para entender sus ventajas competitivas. Para la Gobernación de Antioquia, el catastro multipropósito es una herramienta clave en su ordenamiento territorial. Actualmente, 8 de los 11 municipios de Urabá están inmersos en procesos de actualización catastral, ya sea completa o de tipo rezagada en zona rural.
Manuel Naranjo, secretario de Desarrollo Económico, explica que se trata de una labor fundamental al momento de tomar decisiones, incluso en el aprovechamiento del suelo. “Para avanzar en proyectos de vivienda, desarrollo vial, industrial y, por supuesto, agropecuario, es indispensable tener un territorio ordenado y con información precisa. Esto impulsa el crecimiento de los tributos propios de los municipios. Esta inyección de recursos es necesaria para propiciar el desarrollo socioeconómico a través de la inversión pública, creando un círculo virtuoso de progreso”.
Una despensa diversificada
Tradicionalmente el banano ha sido el producto insignia de Urabá. En 2024, la región produjo más de 63,6 millones de cajas de este fruto, sin embargo, la matriz productiva se ha diversificado en la última década. “Se han incorporado cultivos de alto valor agregado y mejor adaptados a los retos del cambio climático y la presión sobre los suelos. Un abanico de opciones que no sólo abastece mercados internos, sino que permite atender demandas externas con valor agregado, certificaciones ambientales y atributos de origen”, explica Eladio Ramírez, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio Urabá.
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Alternativas para potencializar
Por las características del territorio, Urabá puede trabajar en cultivos alternativos para responder a las tendencias globales de consumo saludable y sostenibilidad. Estos son:
- Cacao fino de aroma: acceso a mercados gourmet y especializados en Europa, Estados Unidos y Asia.
- Café especial: adaptable en zonas montañosas, como Mutatá y Chigorodó, ideal para microlotes diferenciados y turismo cafetero.
- Cúrcuma y jengibre: con valor en mercados de alimentos funcionales y cosméticos.
- Achiote: pigmento natural con demanda en las industrias alimentaria y farmacéutica.
- Frutas exóticas: como la granadilla, la pitahaya, el mangostino, la guayaba y el lulo.
- Aromáticas tropicales: como citronela, albahaca, moringa y menta.
Puerto Antioquia: la conexión
El desarrollo de Puerto Antioquia materializa décadas de planificación para el departamento al consolidar una visión del departamento como una de las mejores esquinas de América. Para Manuel Naranjo, secretario de Desarrollo Económico, esta obra es fundamental para acortar distancias y reducir costos logísticos. “El traslado a Medellín permitirá un ahorro del 58 % en distancia y esto implica un impacto en los costos logísticos. Hacia el Eje cafetero la reducción sería del 50 %, y a Bogotá del 38 %.”
Además, se estima que en el Puerto se muevan, más o menos, 7 millones de toneladas anuales, incluyendo unos 650.000 contenedores. Una conexión que se perfila como una oportunidad histórica para dinamizar el desarrollo económico y social de Urabá al integrar la subregión con los grandes corredores logísticos y comerciales del país y del mundo.
