Casi un día tardaron los integrantes de la escuela de robótica Science Bot para llegar de San José del Guaviare al San José de las Vegas, en Medellín. Llegaron cinco integrantes liderados por su directora Tatiana Muñoz para medirse en una competencia que nació en la capital antioqueña y se ha consolidado como un prestigioso evento internacional de las llamadas STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas).
La historia de cómo este grupo provenientes del selvático departamento llegaron a competir frente a jóvenes de reconocidos clubes de robótica de Latonamérica comenzó con el sueño de Tatiana, una joven bogotana quien desde los 12 años soñó con liderar una organización que combinara la tecnología, el medio ambiente y el desarrollo social.
Tatiana vendía dulces en las de Bogotá cuando le llegó la oportunidad de una beca en Argentina para estudiar robótica y ciencias ambientales. En medio de unas cortas vacaciones, un respiro que le dieron sus exigentes compromisos académicos, se fue de vacaciones para el Guaviare y allí detonó la idea de formar una escuela para que los niños incluso de las regiones más recónditas del departamento, incluyendo comunidades indígenas, tuvieran acceso a formación en robótica, ciencia y tecnología.
Así nació Science Bot que cuenta hoy con 800 estudiantes, incluyendo varios niños y jóvenes de otros continentes como Australia, así como estudiantes de Canadá y otros países de América, quienes comparten con sus compañeros del Guaviare de manera virtual pagando una mensualidad que permite que niños indígenas y de escasos recursos puedan ser becados y hagan parte de esta revolución tecnológica y educativa. En la escuela, solo el 10% paga y el resto están becados.
Los equipos con los que aprenden los estudiantes de esta escuela no son de última generación ni cuestan millones de pesos, como los de sus pares de otros clubes pertenecientes a prestigiosos colegios privados. Sin embargo, a punta de talento y conocimiento se las han arreglado para competir a la par y desarrollar equipos a la altura de exigentes competencias. Uno de los robots con el que compitieron en el RoboJam que se realizó el pasado sábado 29 de abril en el San José de las Vegas lo produjeron con una impresora 3D que lograron adquirir gracias a la venta de sanduches de los padres de familia de la comunidad.