Empujados por el desespero, decenas de pacientes de la Nueva EPS se tomaron indignados la Avenida Oriental este fin de semana para denunciar el calvario en el que se convirtió recibir sus medicamentos en esa entidad.
Alrededor de medio centenar de pacientes con cáncer y otras afecciones que implican tratamientos de alto costo no solo se vieron forzados el pasado sábado a atravesársele al tráfico de esa concurrida vía para hacer oír sus reclamos, sino que protagonizaron desórdenes en las farmacias con las que tiene convenio esa EPS.
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Buscando calmar los ánimos y evitar desmanes, las autoridades y funcionarios de la Personería de Medellín tuvieron que hacer presencia en el sitio, logrando apaciguar a los pacientes inconformes.
Si bien la situación se resolvió a tiempo, el episodio destapó el panorama cada vez más crítico en materia de atención para los afiliados de la tercera EPS más grande de Antioquia, que ya ajustó un año en manos del Gobierno Nacional tras ser intervenida y es ahora uno de los principales dolores de cabeza para el sistema de salud local.
A finales de abril pasado, la Personería Medellín ya había denunciado que tan solo entre 2024 y el primer trimestre de 2025, los afiliados de esa EPS ya acumulaban 13.719 acciones de tutela por presuntas vulneraciones a su derecho a la salud, 2.241 de ellas correspondientes a lo que va de este año.
Las voces de los afectados
Uno de los puntos en los que más se siente dicho caos en el Centro de Medellín es la farmacia de Colsubsidio ubicada en la calle Bolivia (56) cerca a la carrera El Palo (45), que durante la mañana de este lunes, cuando EL COLOMBIANO fue a visitarla, se mostraba atestada de pacientes inconformes y desconcertados.
Una de ellas era Marleny Montoya, quien señaló estar viviendo un infierno desde hace más de tres meses ante la falta de medicamentos para su mamá de 89 años.
“A mi mamá le hicieron una operación a corazón abierto, tiene diabetes y colesterol. Le hicieron muchos cateterismos antes de la cirugía y le han mandado muchos medicamentos”, explicó Montoya, levantado con su mano un papel en el que constaba una receta de furosemida, atorvastatina, bupropion, levotiroxina sódica, polietilenglicol, metoprolol, eritropoyetina, empagliflozina e insulina; todos con cantidades pendientes por entregar.
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Según explica Montoya, desde febrero pasado se ha convertido en una visitante frecuente tanto de la farmacia de la calle Bolivia como de otro punto de atención para afiliados ubicado en el edificio Los Álamos, en la Avenida Oriental, en donde la respuesta más frecuente de los dependientes es que no hay medicamentos, que no saben cuando los habrá y que regrese otro día.
“Por Los Álamos la atención es al sol al agua, no tienen prioridad ni con los de muletas ni con nadie”, reprochó Montoya, agregando que pese a cumplir con el copago desde febrero, cuando se emitió la formula, esta es la hora que no ha podido recibir los medicamentos completos.
“Nos ha tocado comprar a veces los medicamentos por cuenta propia, entre todos los hermanos ponemos, pero no siempre hay plata”, denuncia.
Por una igual situación atravesaba doña Carmen Noreña, una paciente oncológica que también había perdido la ida al Colsubsidio de la calle Bolivia, en donde era atendida sin mayores sobresaltos hasta hace por lo menos cinco meses.
“A mí me dio cáncer de tercer grado, me operaron y me tuvieron que mandar pañales. Hasta hace cinco meses era perfecto”, dijo. “Los medicamentos normales los dan sin problema, pero los de alto costo no. A mi esposo que es diabético no le están dando la insulina, entonces eso nos tiene perjudicados”, añadió.
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Con mayor consternación, Juan Eladio Pareja, otro de los pacientes que el pasado lunes salió sin sus medicamentos de la farmacia de Colsubsidio, señaló temer por su salud, dado que su prescripción, en la que aparecen medicamentos como carbamazepina y quetiapina, era de urgencia para controlar un cuadro de convulsiones.
“Siempre que llego me responden que no hay medicamento, entonces ¿qué hago yo con eso? Yo no puedo dejar de tomarlos”, añadió, señalando ya no saber qué hacer, a quién acudir o a dónde ir por ayuda para tener su medicina.
Una EPS en alerta
Con más de 990.000 afiliados, la Nueva EPS es la tercera aseguradora con mayor número de pacientes a cargo en Antioquia, solo superada por Savia Salud (con 1,6 millones de afiliados) y Sura (con más de 3 millones de afiliados).
En abril de 2024, la Superintendencia Nacional de Salud decidió intervenir la entidad, bajo el argumento de que esta arrastraba severos problemas financieros que ponían riesgo al sistema de salud y a sus afiliados.
“(La EPS) no cumple con los requisitos habilitadores para ejercer el patrimonio adecuado y el régimen especial de reservas técnicas”, dijo el entonces superintendente de Salud, Luis Carlos Leal, al informar de la decisión.
Dentro de los argumentos esgrimidos por ese ente del orden nacional figuraban que las quejas de los usuarios estaban aumentando, así como la cartera con los principales hospitales del país, por cuenta de los servicios prestados a sus más de 10,9 millones de afiliados en el Colombia. Pese a que desde esa decisión la EPS se embarcó en un plan de mejora, en el caso de Medellín y Antioquia el factor financiero ha sido uno de los que ha generado especial preocupación entre los hospitales y clínicas, por cuenta de cartera cada vez más abultada.
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De acuerdo con las más recientes cifras del Observatorio del Derecho a la Salud de la Personería de Medellín, tan solo en el caso de la red hospitalaria ubicada en el distrito, dichos pasivos ya ascendían a los $180.000 millones con corte al primer trimestre de este año; un dato que dista de los objetivos de saneamiento esgrimidos por la Nación para tomar el control de la entidad.
De igual manera, ese órgano del Ministerio Público alertó de un abultado número de tutelas interpuestas por sus afiliados, relacionadas con múltiples casos de presunta negligencia y vulneraciones al derecho a la salud.
Según la Personería, la mayor parte de esas acciones se asociaban a barreras para tener citas, acceder a atenciones con especialistas médicos, problemas logísticos que interferían en la continuidad de los tratamientos de los pacientes y múltiples rezagos en otros procesos como cirugías y realización de exámenes y pruebas diagnósticas.
Para conocer su versión sobre estas denuncias y las protestas recientes realizadas en la Avenida Oriental, EL COLOMBIANO consultó tanto con Nueva EPS como Colsubsidio, pero hasta el cierre de esta edición no obtuvo respuesta.