Y es que desde el fin de semana el Valle de Aburrá había experimentado algunas lluvias esporádicas, parece que este miércoles y jueves hubo por fin un punto de quiebre entre la temporada seca y el primer periodo de lluvias en Antioquia.
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Según el Siata, aproximadamente a las 10:00 a.m. de este jueves comenzó un episodio de lluvias de baja intensidad en todo el área metropolitana que se prolongaron hasta la 1:00 p.m. A esa hora, en Medellín y Copacabana se desataron aguaceros de intensidad moderada que luego se extendieron hasta Barbosa, Santa Elena, Envigado, La Estrella y Sabaneta.
Minutos después se desató un nuevo núcleo de precipitación en el oriente de Medellín, mientras que el agua no daba tregua en el occidente de Medellín y en el municipio de Copacabana. Luego hubo un tercer núcleo de lluvias en Santa Elena.
El resultado fue la escena que hacía muchos meses no se hacía presente: vías inundadas, quebradas al tope y el río Medellín amenazando con desbordarse en varios tramos, como ocurrió a la altura de la 33.
El Dagran anunció este jueves el inicio de la primera temporada de lluvias de este año. Según Carlos Ríos, director del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Antioquia (Dagran), la proyección es que esta época lluviosa se extienda hasta mayo próximo.
Ríos aseguró que según información del Ideam, en esta primera temporada de lluvias se esperan incrementos entre el 10% y el 30% respecto a la climatología habitual. Es por ello que no se trata solo de tener el paraguas a la mano y no olvidarlo al salir de casa, sino que también es necesario que las autoridades municipales estén al día con los planes para mitigar y disminuir el riesgo de desastres por esta época.
No es alarmismo: es altamente probable que ocurran avenidas torrenciales, crecientes súbitas, inundaciones, movimientos en masa, vendavales y tormentas eléctricas. No obstante, eso no significa que se presenten días secos de aquí a mayo.
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En Medellín, como ya se sabe, la temporada de lluvias acarrean riesgos de movimientos en masa en las laderas, desbordamientos de la mayoría de sus 4.000 quebradas y aumento del caudal del río Medellín cuyos problemas estructurales han provocado la erosión en varios tramos afectando a la avenida Regional y hasta el funcionamiento del sistema metro.
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