El ritmo débil de la economía ha hecho que los constructores no saquen al mercado antioqueño nuevos proyectos de vivienda para comercializar. Más bien, quieren ser prudentes al bajar sus inventarios en oferta.
Mientras Camacol Antioquia habla de una meta de 24.000 unidades de viviendas comercializadas al finalizar este año, similar a 2016, la gente debe prepararse para ver menos lanzamientos de proyectos con letreros que atraigan con precios de descuento por preventa.
Al finalizar el primer semestre del año, Antioquia tenía una oferta disponible de 20.933 unidades para la venta, una caída de 9,8 % frente al mismo periodo del año anterior. Es de anotar que el 72 % de esta oferta es sobre planos, el 25 % en construcción y solo el 3 % son unidades construidas y listas para la venta.
Ante esta situación, el gerente de Camacol Antioquia, Eduardo Loaiza, calificó de positiva la cautela de los edificadores, porque genera estabilidad. “Es bueno tener precaución y lo hemos pedido desde el gremio, al ver un año que no está en la dinámica económica que todos pensábamos que iba a tener. Por eso, no se debe sacar más oferta”.
De esta manera, la ecuación es sencilla: la cantidad existente se debe vender para disminuir los inventarios, porque si las ventas están por debajo del promedio normal y saliera más oferta, se alargan los tiempos de colocación y se genera una sobreoferta, afectando los precios de venta.
En un primer momento, tal situación puede resultar beneficiosa para el comprador, pero, con el tiempo, se limita la rentabilidad y, por ende, la disponibilidad de poder impulsar nuevos proyectos, y suben los precios de la vivienda.
Al final, la decisión de congelar la salida de nuevos proyectos inmobiliarios al mercado termina siendo sano este mercado regional.
Por eso, Loaiza indicó que los nuevos proyectos que aún no se comercializan no se han cancelado, sino que están engavetados. Incluso muchos de ellos ya están estructurados y solo esperan luz verde del consumidor.