La prueba de que la economía se está reactivando más lento de lo esperado es que el Banco de la República recortó de 3,5 % a 3 % la estimación de crecimiento para este año.
Así lo afirmó José Antonio Ocampo, codirector del Banco de la República, en el evento de la Contraloría General de la República sobre la economía colombiana, en el que sostuvo que “el Banco redujo su estimación de tasa de crecimiento al 3 % este año, de hecho, en el segundo trimestre del año también será inferior al 3 %. Este es un reconocimiento de que la reactivación está siendo lenta, mucho más lenta de lo que se había previsto”.
La oficialización de la cifra se dará a conocer el viernes cuando el Emisor radique su informe al Congreso de la República. Mientras tanto, en el reporte de inflación la entidad sostuvo que para este año “se sigue esperando un crecimiento mayor que el observado en 2018 (2,6%), pero menor que lo previsto en el informe de marzo (3,5%)”.
La previsión concuerda con 18 analistas de mercado, que anexó en el documento de inflación del Emisor y que en promedio hablan del 3 % para el crecimiento de PIB para este año.
La cifra no deja de verse pesimista en un panorama en el que el Fondo Monetario Internacional estima que el país crecerá en 3,4 %, el Banco Mundial lo contempla en 3,5 %, y el Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla se mantiene en 3,6 % para este año.
Puntos de análisis
Para Iván Montoya, director de la Facultad de Economía de la UPB, esto significaría que “la postura del Banco pone a crecer a Colombia al ritmo de la economía mundial”.
Uno de los aspectos clave en este análisis, dijo Montoya, tiene que ver con el freno en el sector constructor, que está directamente conectado con la falta de confianza del consumidor, que permanece en terreno negativo para la compra de bienes durables, entre ellos, las viviendas de alto valor agregado.
Ocampo aseguró que lo que ratifica este lento crecimiento tiene que ver con el aumento de la tasa de desempleo, que implica una reducción en de ocupación, aunque ahí está el elemento adicional “que está generando la migración venezolana, que es un aumento de la fuerza de trabajo, como de un 3 % en dos años”.
Igualmente, el profesor de economía de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, Carlos Alberto Jaimes, dijo que el desempleo muestra que “los recortes a los impuestos en las empresas no generaron el empleo esperado ni frenó la destrucción del trabajo”, aspecto que desacelera la demanda.
Así hay dos fuentes importantes de desaceleración. Del lado interno hay un impacto importante de comunicación del equipo económico del Gobierno. Del lado externo, analizado ampliamente por organismos internacionales, hay aspectos relevantes como el Brexit y la guerra comercial entre China y Estados Unidos, dijo Jaimes (ver Paréntesis).
Finalmente, Ocampo recalcó la preocupación que genera el déficit por encima de 4 % del PIB de la balanza de pagos, “muy alto (...) aunque debo decir que hay un matiz, que es muy importante y es que el grueso del déficit de cuenta corriente son utilidades de las empresas extranjeras, muchas de las cuales se reinvierten, y que estamos altamente financiados”. Además de la aceleración de las exportaciones no mineras, “si no se reactivan tendremos los problemas por ambos lados, por crecimiento y por balanza de pagos”, concluyó .