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La entrada en vigor de las sanciones a Venezuela para que algunos países no negocien con esa nación en actividades petroleras y el giro que llevó a Anadarko a no vender sus operaciones a Chevron (mayor petrolera estadounidense) y cerrar el negocio con Occidental Petroleum (también estadounidense) le pegan a Colombia.
Para el segundo caso, el hecho de que Chevron no se quedara con las operaciones de Anadarko (negocio que se anunció el pasado 11 de abril por 33.000 millones de dólares) supone que la firma no participará en la exploración costa afuera en los pozos Kronos, Gorgon y Purple Angel (ubicados en el Caribe), situación aleja a Chvevron de crecer en el negocio exploratorio nacional.
Para Amylkar Acosta, exministro de Minas, el caso repercute al dejar la balanza exploratoria equilibrada. “Si bien Chevron no entrará a pisar fuerte de la mano de Anadarko en ese segmento petrolero local, podrá centrarse en focalizar sus servicios para el mercado de combustibles”, segmento del que, según la compañía, espera tener el 20 % en los próximos cinco años.
Por el reversazo, según se informó desde Estados Unidos (epicentro del acuerdo comercial), Anadarko deberá indemnizar a Chevron con 1.000 millones de dólares.
El otro fenómeno tiene que ver con que Estados Unidos pusiera en marcha restricciones a la compra de petróleo venezolano, situación que agudiza la mala hora de esa nación, pues sus ingresos dependen 96 % del crudo.
Colombia parece jugar un papel importante para comercializar parte de los 500.000 barriles de petróleo que Venezuela dejará de entregarle a países, en su mayoría, pertenecientes a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep).
El momento para que el país genere parte de la demanda que no está siendo atendida por Venezuela pareciera ser propicio, pues en marzo de este año superó a la nación vecina en la producción al registrar cerca de 892.000 barriles de crudo diarios, mientras que según la Opep, Venezuela llegó a los 732.000 (ver Paréntesis).
“Tenemos opciones de volvernos competidores fuertes por el desarrollo tecnológico. Se está pisando el acelerador para generar más material, y por los avances en el transporte a naciones como China. Hay que consolidar, para cuando Venezuela retorne como jugador internacional”, dijo Raúl Ávila, profesor de economía de la Universidad Nacional.
¿Y qué pasa con la puja entre Irán y EE.UU.? Para Acosta “el efecto es psicológico y se ve traducido en alzas en los precios del barril”.