La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) señaló que será importante extender los paquetes de medidas fiscales durante 2021 en los países del vecindario, toda vez que la dinámica económica no logrará compensar la caída observada el año pasado por la crisis de la pandemia ni revertirá los aumentos en pobreza y desigualdad.
Según expuso Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de este organismo, la expansión proyectada para este año hace pensar también en una lenta recuperación en los índices de empleo y, por ende, en un menor recaudo tributario, lo que obligaría a buscar créditos para mantener el gasto público.
De acuerdo con la secretaria ejecutiva, ese esfuerzo fiscal deberá encaminarse a “continuar mitigando los efectos sociales, productivos y económicos negativos de la pandemia”.
Sin embargo, reconoció que los gobiernos de la región enfrentan el gran desafío de encontrar financiamiento en los mercados de capitales teniendo en cuenta su alto endeudamiento.
En el caso de Colombia, según el Ministerio de Hacienda, atender la crisis sanitaria ha costado más de 40 billones de pesos. Esto se traduce en un gasto por el orden del 4 % del PIB, que en 2020 valió 1.002 billones, según reportó el Dane.
Ese despliegue fiscal elevó el endeudamiento soberano hasta 61,4 % del PIB, una cifra histórica para la Nación que representó un aumento de 12,8 % frente al 48,6 % al cierre de 2019.
Así las cosas, vale la pena preguntarse qué espacio le queda al país para incrementar su deuda y buscar más préstamos.
El plan financiero
Conforme a lo revelado por la cartera de Hacienda, este año su proyección es colocar Títulos de Tesorería equivalentes al 5 % del PIB (55 billones de pesos). Y así mismo, contempla un apalancamiento a través de fuentes externas por 10.110 millones de dólares (3,2 % del PIB).
Esos dineros, entre otras cosas, estarían destinados a completar las apropiaciones del Presupuesto General de la Nación y, atendiendo lo señalado por la Cepal, deberían contribuir al sostenimiento de Ingreso Solidario, Colombia Mayor, Jóvenes en Acción y la devolución del Iva.
Con estas iniciativas, hasta marzo, se han girado 14,9 billones a la población más vulnerable, tal como lo detalló el Departamento de Prosperidad Social (DPS).
Sí hay aire fiscal
Pese al alto endeudamiento de Colombia, a juicio de Juan Camilo Restrepo, exministro de Hacienda, “el país tiene espacio fiscal y tiene que tenerlo porque evidentemente las necesidades del gasto público siguen sobre la mesa y las cifras sobre la pobreza así lo demuestran”.
En este contexto, apuntó que el gasto en los subsidios sociales “es grande pero no inabordable (...) el país tiene un crédito por 16.000 millones de dólares aprobado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) del cual solo ha utilizado una tercera parte”.
“Colombia puede tocar las puertas del Banco Mundial, de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre otros”, anotó el exfuncionario.
En lo anterior coincide Ramón Javier Mesa, profesor de economía de la Universidad de Antioquia, pues según dijo “todavía tenemos espacio fiscal para atender nuevas obligaciones en los mercados internacionales y en los organismos multilaterales que se valida con el buen nivel de reservas internacionales con que cuenta el país”.
“Sin embargo –añadió el profesor Mesa–, esto cada vez se reduce si el escenario económico no mejora como resultado de la pandemia, lo cual impide un crecimiento de los recaudos que permita bajar los niveles de endeudamiento”.
Una reforma coyuntural
Para Andrés Moreno, asesor financiero certificado, Colombia puede seguir accediendo a los mercados y a la banca multilateral.
No obstante, como es sabido, quienes compran TES y todo tipo de empréstitos colacados por un Estado, están pendientes de la calificación soberana de esos países para saber si cuentan con capacidad de pago a la hora de responderles por su dinero.
En este sentido, Colombia está tan solo a un paso de perder el grado de inversión. En consecuencia, se dispararía la prima de riesgo y el interés a pagar por la nueva deuda.
Con esto en mente, según el analista, la discusión de una reforma fiscal continuará y “tiene que haber un plan de austeridad del Gobierno”. Es decir, tal como dilucidó, no solo se trata de pensar en aumentar los ingresos, sino de hallar la forma de reducir los gastos en salarios de congresistas para redactar una reforma que calme a las calificadoras de riesgo.
Por su parte, Alicia Bárcena indicó que la banca multilateral también debería aumentar los cupos para los países de ingresos bajos y medios con el ánimo de respaldarlos en la continuación del gasto