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En un mes arrancan obras para sacar oro en Santa Rosa de Osos
La canadiense Red Eagle Mining se alista para extraer 50 mil onzas anuales en el municipio del norte antioqueño.
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Labores de perforación durante la etapa de exploración en la vereda San Ramón, en Santa Rosa de Osos. FOTO cortesía
22 de junio de 2015
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La firma canadiense Red Eagle Mining está buscando un tramo final de financiamiento necesario para tener los cerca de 75 millones de dólares (unos 190 mil millones de pesos, de hoy) que implicará la construcción y montaje de la mina subterránea San Ramón, en la vereda del mismo nombre de Santa Rosa de Osos.
Así lo confirmó a este diario el gerente para Colombia de la compañía, Rafael Silva, quien espera que para finales de julio arranquen las obras de adecuación y que entre octubre y diciembre de 2016 se pueda comenzar a extraer oro.
El proyecto ubicado a 30 minutos del casco urbano del municipio del norte antioqueño se trata del primero legal en el país que ve la luz en 2015. Obtuvo luz verde de Corantioquia el 9 de marzo pasado, y una inversión aproximada de 40 millones de dólares en los últimos cinco años, asociados a exploración, estudios e inversiones sociales y ambientales.
Una vez construida, será uno de los principales proyectos auríferos del país funcionando con altos estándares técnicos y ambientales, asegura Silva.
“Las reservas probadas son de 405 mil onzas de oro (12,6 toneladas) que se esperan producir durante ocho años, a razón de unas 50 mil onzas anuales y lo que implica el manejo de mil toneladas de material diario”, agregó el ejecutivo.
Durante el montaje se requerirán 120 empleos directos, que aumentarán a 150 en los ocho años de operación previstos, más unos 500 indirectos. Toda la mano de obra no calificada provendrá de la región.
Ahora, el modelo financiero le arroja rentabilidad a Red Eagle Mining en su primer proyecto en Colombia, en la medida que los precios internacionales del oro se ubiquen por encima de los 1.000 dólares por onza troy, y que en la actualidad oscilan en torno a los 1.200 dólares.
En un principio, la comunidad santarrosana vio con reticencia el proyecto minero en una zona de producción agrícola y lechera, reconoce Thiana Álvarez, a cargo de los temas sociales de la compañía.
“Pero logramos cambiar la percepción con numerosas reuniones informativas con todos los grupos de interés y en noviembre pasado tuvimos un cabildo abierto que fue el termómetro de aceptación del proyecto”, agregó (ver recuadro).
Entre los acuerdos con la comunidad y autoridades se modificaron los diseños iniciales de la mina para que su huella se redujera a la mitad, a solo 16 hectáreas de superficie, y fuera solo subterránea.
“La aspiración es dejar el territorio incluso en mejores condiciones ambientales de como lo encontramos”, concluyó Silva.
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