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¿Cómo saldrán Enka y Fabricato del acuerdo de reestructuración?

Hoy son más pequeñas y con menos empleados que antes de acogerse a la Ley 550. Sus caminos fueron distintos.

  • Álvaro Hincapié Vélez, presidente de Enka. FOTO Cortesía
    Álvaro Hincapié Vélez, presidente de Enka. FOTO Cortesía
  • Gustavo Alberto Lenis, presidente de Fabricato. FOTO Cortesía
    Gustavo Alberto Lenis, presidente de Fabricato. FOTO Cortesía
08 de febrero de 2021
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Comenzaba el Siglo XXI y Colombia trataba de superar la crisis económica más profunda hasta entonces, iniciada a finales de 1997. El período en que se fueron de bruces varias entidades financieras, la economía llegó a caer cerca de 5 %, el desempleo bordeó el 20 % y se acabó la unidad del sistema de financiación hipotecaria conocida como UPAC.

Y en ese contexto, Enka de Colombia buscaba la salida para zafarse de la inminente liquidación. “La compañía hubiera tenido que cerrar en ese momento, vivíamos una situación absolutamente crítica; teníamos una deuda igual a las ventas y un Ebitda negativo”, recuerda el presidente de la organización, Álvaro Hincapié Vélez.

Tal como Enka, en general las grandes empresas de la industria textil tenían el agua al cuello, lo que para Antioquia era una amenaza por la importancia socioeconómica de esos motores del desarrollo regional. Por eso, Ricardo Mejía Cano, fundador y director de la consultora Sala de Juntas, afirma que salvar a esas compañías era un deber de justicia social.

El instrumento para evitar la liquidación fue la Ley 550 de 1999, expedida para promover acuerdos entre las empresas y sus acreedores. Según la exsuperintendente delegada para procesos de insolvencia, Ángela María Echeverri Ramírez, fue una norma con carácter temporal que ayudó a salvar a muchas empresas. Ella, que en ese momento era intendente regional de la Superintendencia de Sociedades, destaca en especial lo que significó esa ley para Medellín y Antioquia, y específicamente para el sector textilero, por los miles de trabajadores que pudieron conservar el empleo.

A la Ley 550 se acogieron, entre otras, Coltejer, Tejicóndor y Fabricato (estas últimas fusionadas luego). En el caso de Enka, el acuerdo de reestructuración fue firmado con los acreedores en noviembre de 2002, con el compromiso de saldar en 19 años la deuda de $320.000 millones.

Innovación, clave del cambio

Asegura el presidente de Enka, Álvaro Hincapié Vélez, que el mensaje fundamental para convencer a los acreedores de que la compañía tenía futuro era aprovechar el talento de las personas que estaban en la nómina, “que era un personal altamente calificado”, e incursionar en otras líneas de negocio. La estrategia de transformación tuvo en la sostenibilidad el eje fundamental y en la innovación la fuerza tractora. “Enka pasó de los commodities textiles a productos sostenibles y de alto valor agregado”, señala su presidente.

Para materializar los propósitos, las inversiones en tecnología durante 18 años, según las cuentas del directivo, rondan los US$120 millones y son las que han permitido que hoy el 80% de los productos sea nuevo y haya sido desarrollado en los más recientes 10 años. Uno de esos hitos fue la construcción de la planta de PET Botella a Botella, con la cual fortaleció una de las nuevas líneas de negocio y se consolidó como pionera en economía circular. En 2020 fueron cerca de 49.000 toneladas de materiales reciclados, no solo de botellas. Y actualmente está en curso el desarrollo de la segunda planta procesadora de PET reciclado (con que duplicará la capacidad) que valdrá alrededor de US$40 millones y entrará en operación en el segundo semestre de 2022.

Comercialmente, la transformación de Enka también incluyó la diversificación de mercados; por ello las exportaciones pasaron de representar el 25 % de las ventas totales en 2002, a cerca del 50% hoy, siendo Estados Unidos el destinatario del 20 % y Brasil del 18 %.

Desde el punto de vista financiero, ahora que se aproxima el final del proceso de reestructuración, el presidente de Enka se muestra satisfecho y enuncia una señal de la solidez que busca la organización: el indicador de endeudamiento es cercano a cero y con la plata que se genera en caja se puede pagar el 100% de la deuda; eso quiere decir que con sus propios recursos y lo que busque en el sistema financiero la empresa puede seguir invirtiendo en tecnología.

Pensando en las lecciones del proceso de transformación con miras al futuro, el presidente de Enka expresa que para mantenerse vigente en un mundo que vive entre una volatilidad tan grande como la que desató la pandemia, las compañías deben estar dispuestas al cambio, contando con cuatro elementos: personal competente, capacidad para afrontar la realidad, liderazgo y disciplina.

Tras insistir en que la sostenibilidad y la innovación seguirán siendo claves para que Enka continúe creciendo, Álvaro Hincapié Vélez señala que no está lejano el día en que la compañía vuelva a pagarles dividendos a los accionistas; incluso, que terminado diciembre de 2021 ya no habrá impedimentos. Sin embargo, considera que es mayor el apetito por la valorización de la acción que por el dividendo. En tal sentido, añade que, en la medida en que Enka siga desarrollando productos y diversificando mercados, el valor de la acción seguirá creciendo.

A Fabricato le queda camino

La historia de la reestructuración de Fabricato, iniciada en noviembre del año 2000, está marcada por la presión de los momentos de desaceleración económica, como también por fenómenos externos que no controla y el impacto reputacional causado por Interbolsa. No obstante, sigue en pie y hoy su presidente, Gustavo Alberto Lenis Steffens, asegura que “la compañía va por buen camino”, aunque reconoce que no es un camino fácil.

Se detiene en ello para señalar algo que ha dificultado la recuperación y que es parte de las preocupaciones recurrentes de la industria textil y de la confección: las fallas de mercado; es decir, prácticas que afectan la competencia, como el contrabando, la subfacturación y el dumping. Por ello, Lenis Steffens señala que le corresponde al gobierno eliminar barreras y establecer “una sana política textil”.

Al margen de las externalidades, tiene para mostrar una empresa con transformaciones en el negocio tradicional, que concentró las operaciones en Bello, donde -subraya- tiene una fábrica moderna. Y en el momento, una compañía que está empeñada en aumentar la productividad de la planta, continuar depurando el portafolio de productos para quedarse con menos referencias, pero más rentables; en elevar la eficiencia en las compras de materias primas, mejorar procesos productivos, seguir reduciendo impactos ambientales y continuar con el trabajo de innovación en procesos y productos. “Fabricato tiene que ser vanguardista -agrega-, con nuevas líneas de ventas, mejorando procesos productivos e innovando”.

Tras indicar que es optimista, el directivo reconoce que la salida para que Fabricato pueda seguir adelante, es un mayor grado de especialización. Resalta que es una empresa con las condiciones para competir en los mercados del denim y de driles, por ejemplo. Y es enfático en que el futuro de la organización es la esencia textil, porque es el núcleo del negocio. Ello, a pesar de que la actividad inmobiliaria le está generando ingresos por el aprovechamiento de inmuebles en Rionegro, Bello e Ibagué; y tiene un terreno con potencial en Sibaté, Cundinamarca.

Fabricato firmó el acuerdo con sus acreedores hasta 2023, cuando concluirá la reestructuración, que fue pactada sobre pasivos por $340.000 millones. Mientras transcurre el plazo, la administración que está en cabeza de Gustavo Alberto Lenis desde finales de julio del año pasado, tiene propósitos: entre esos consolidar las exportaciones, tanto a través de grandes compradores locales como de despachos directos, aprovechando que durante la pandemia ha habido cambios de tendencias que generaron nuevas oportunidades en mercados como el de Estados Unidos, donde aumentó la demanda por tejido de punto.

En los planes de este año, el presidente de Fabricato indica que hay confianza en aumentar las ventas y llegar a punto de equilibrio. En ello será determinante la capacidad para desarrollar y ofrecer nuevas telas y nuevas fibras, reconoce, porque es lo que está pidiendo el mercado internacional.

Después de pasar un año en que -adelanta- la compañía mejoró el Ebitda y redujo pérdidas, financieramente el objetivo en 2021 es estabilizar la caja.

“Los esfuerzos apuntan a producir caja positiva, ese es el foco de este año”, precisa. Hasta septiembre de 2020, las ventas de Fabricato valieron $193.713 millones, inferiores en 28%; y el Ebitda $8.532 millones, con aumento del 619%. La compañía acumulaba pérdidas por $22.692 millones

120
millones de dólares ha invertido Enka en tecnología en los últimos 18 años.
US$79
millones supera la inversión en modernización de plantas y equipos en Fabricato
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