Pero, el planteamiento de Jaime Gilinski, ayer, antes del cierre de la asamblea extraordinaria de accionistas de Sura, donde él es el principal socio con el 38% de las acciones, solo aclaró una cosa: que sus tres fichas en la junta de Sura apostarán por esa venta, porque sería una gran negociación, aunque sin precisar qué hará Nugil.
En ese contexto, el representante de pequeños accionistas de la holding financiera, Mauricio Ortega, expresó su preocupación toda vez que las 161,28 millones de acciones que Sura tiene en Nutresa constituyen una inversión estratégica, y su posible venta a IHC generaría un control concurrente entre dos inversionistas cuya vinculación o independencia no están del todo definidas.
Lo que se sabe es que “uno (IHC) es financiador del otro (Nugil) para la adquisición de las acciones (de Nutresa) que ahora tiene”, mencionó Ortega, quien insistió en que correspondería a la Superintendencia Financiera esclarecer si la familia Gilinski e IHC actuarán de manera concertada en esta oferta que iniciará el 3 de noviembre, lo que debería derivar en una serie de OPA concurrentes por las compañías vinculadas al denominado Grupo Empresarial Antioqueño (GEA).
La insistencia
Y es que la voz de Jaime Gilinski se hizo oír en la décima asamblea de accionistas de Sura de este año, en la que recordando su posición como el principal socio de la compañía exhortó a la junta para que analice la oferta con responsabilidad.
“La OPA formulada por un inversionista extranjero puede significar más de $11 billones para Grupo Sura. Hace un año la acción de Nutresa estaba alrededor de $20.000, con la oferta en curso el precio está cercano a los $75.000”, expresó el banquero, quien acotó que hasta el 9,99% de las acciones, en caso de venderse, estaría exento de impuestos, por cerrarse el negocio antes de que entre en vigencia la reforma tributaria que se debate en el Congreso.
Con una potencial venta, añadió Gilinski, Sura podría pagar toda su deuda (unos $6 billones), aumentar su participación en los negocios financieros y de seguros, así como incrementar la porción que tiene en Bancolombia, que es de 45,74%.
Aquí vale anotar que Sura tiene el 35,23% de Nutresa, y el monto máximo de la OPA es por el 31,25%, por lo que si aceptara el ofrecimiento de IHC le quedaría un 3,98% de participación que no sería considerada una inversión estratégica de portafolio. Además, en el cuadernillo de la OPA, IHC solo mencionó que optaría por modificar el tope mínimo (25%) y no el máximo.
De cara a un año 2023 que será complejo por los anuncios de recesión económica y en un entorno de alta inflación y tasas de interés elevadas, Gilinski, declarándose “preocupado” por ese panorama, conminó a la junta de Sura: “Señores directores, espero que evalúen esta oferta y estoy seguro que no hay otra alternativa que genere más valor para todos los accionistas que vender en esta OPA”.
Ante esta insistencia, para otros asistentes a la asamblea resulta confuso que Gilinski no diga abiertamente si Nugil va a aprovechar la oportunidad abierta por IHC, dadas las bondades que él ve en esta transacción, o si es que el negocio es solo favorable para los accionistas de Sura distintos a los de su grupo.
Campo minado
La reunión de accionistas celebrada en el hotel Marriot de Medellín sirvió para que los apoderados de Gilinski, Nutresa y Argos sostuvieran un nuevo pulso con los argumentos e interpretaciones legales que defienden las partes.
Es así como Sergio Londoño, abogado de DLA Piper Martínez Beltrán y quien aseguró representar al accionista minoritario Juan Amaya, intentó evitar que Nutresa (poseedora del 13,29% de Sura) votara en la asamblea, que tenía en el orden del día abordar los conflictos de interés que frente a la OPA expusieron cuatro miembros de la junta de Sura.
Aunque no tuvo éxito en su misión, Londoño sugirió que el levantar los conflictos de interés planteados por los integrantes del órgano de dirección, como finalmente ocurrió, supondría “que Nutresa atravesaría un campo minado de violaciones legales y estatutarias”, por haber hecho parte de la decisión adoptada en la asamblea y dejar facultada a toda la junta para que decida si acepta o no la oferta de IHC.
Para algunos expertos legales, esta posición podría anticipar que los representantes de Gilinski estarían pensando en interponer algún recurso jurídico en contra de los miembros de junta de Sura (Luis Javier Zuluaga, Luis Santiago Cuartas, Pablo Londoño y Sebastián Orejuela), quienes dieron a conocer sus conflictos de interés al hacer público que ellos o sus familiares tienen acciones y negocios con Nutresa (ver Paréntesis).
Y en esa línea, el propio Gilinski pareció reforzar el mensaje al expresarle a los miembros de junta que: “No se puede actuar en grupo, ni tampoco en defensa de intereses particulares de algunos accionistas o personas que pretendan perpetuar un control político sobre una serie de compañías, en detrimento de algunos otros accionistas minoritarios de Sura. No voy a tolerar abusos, pero tengo plena confianza de que los siete miembros de junta van a hacerlo con toda integridad y capacidad”, concluyó.
Tras la aprobación dada por la asamblea, la junta de Sura deberá reunirse para decidir si acepta o no la OPA de IHC por Nutresa, cuyo periodo de aceptaciones empieza la próxima semana e irá hasta el 18 de noviembre, aunque esta fecha podría extenderse.
Otro accionista de Nutresa, el Grupo Argos que tiene una participación del 9,95%, tiene previsto convocar a sus socios a una asamblea extraordinaria, probablemente el 16 de noviembre, para definir su posición frente al ofrecimiento del inversionista árabe, que en su caso de representaría recursos por alrededor de US$682,89 millones.