El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estimó que el PIB de América Latina y el Caribe crecerá 2,6 % entre el periodo 2018 y 2020. Sin embargo, esta expansión será inferior al crecimiento de la economía mundial del 3,9 %.
Así lo detalla el banco en su Informe Macroeconómico 2018, publicado el 23 de marzo durante la Reunión Anual del BID celebrada en Mendoza, Argentina.
Según la entidad, el cálculo está en línea con los índices de crecimiento históricos (siendo 2,4 % el indicador de crecimiento promedio entre 1960 y 2017). No obstante, señaló que la tasa de 2,6 % se encuentra rezagada con respecto a regiones como Asia y Europa emergentes, que proyectan una expansión de 6,5 % y 3,7 %, respectivamente, entre 2018 y 2020.
Las causas del retraso, según el BID, son los reducidos niveles y la mala calidad de las inversiones. Aunque José Juan Ruiz, Economista Jefe del BID, destaca que la buena noticia para América Latina y el Caribe es que la mayoría de los países que forman parte de este territorio han vuelto a crecer.
Sobre ese punto, Andrew Powell, asesor principal del Departamento de Investigación del BID y coautor del informe, destacó que eso se debe a la creciente fuerza de trabajo. Sin embargo, alertó que “estas tendencias favorables se están revirtiendo a medida que envejece la población”.
Otro factor que destacó el BID es que el crecimiento que ha tenido América Latina y el Caribe en los últimos años no ha sido lo suficientemente veloz para satisfacer los deseos de la creciente clase media de la región.
Por ello para Ruiz, el mayor desafío que tiene América Latina y el Caribe es “aumentar los niveles y eficiencia de las inversiones para que la región se vuelva más productiva, crezca de manera más veloz y estable y resguarde a la región de shocks externos”.
Finalmente, el BID sostuvo que seguir esas recomendaciones no son garantía para que el crecimiento de los países de América Latina y el Caribe no se vea afectado pues para la organización existe la posibilidad de que un shock negativo sobre los precios de los activos globales –tal vez a causa de una inflación más acelerada de lo esperado– reduzca la tasa a 2,1 % del PIB en los próximos tres años .