Un balance entre la oferta y la demanda en el mercado de gas fundamenta la propuesta de la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) de que la Regasificadora del Pacífico comience a operar hacia el 2023.
“Hay una declinación sostenida desde hace varios años en las reservas, y no ha habido incrementos significativos en los hallazgos. Mientras que la demanda se ha mantenido”, señaló a EL COLOMBIANO el director encargado de la Upme, Ricardo Ramírez. Es decir, para 2024 no habría oferta suficiente; pues los hallazgos no se han materializado.
Hoy, las reservas de gas ascienden a cuatro terapiés cúbicos (reservas probadas) y la entidad prevé una capacidad de producción local y de importación de cerca de 1.200 millones de pesos: “Nos hemos mantenido en ese orden, pero hemos venido disminuyendo”, precisó Ramírez.
No obstante, algunos sectores de esa actividad han manifestado preocupación por la fecha que da la Upme, y sugieren que sea en 2025, al afirmar que las proyecciones de demanda son optimistas y las de oferta “ácidas” (ver Polémica).
¿De cuánto es la inversión?
“Con un costo aproximado de 400 millones de dólares, dependiendo del esquema que se utilice, esa infraestructura permitiría al país acceder al mercado mundial de gas para asegurar el abastecimiento pleno de la demanda local”.
¿Por qué algunos empresarios están preocupados?
“Los temores que han manifestado algunos sectores son fundados y entendibles. Estamos analizando las inquietudes de las partes interesadas. Sin embargo, esta es una de esas decisiones donde las demoras o no decidir tiene impactos importantes, como lo tiene también la decisión de hacer el proyecto”.
¿En qué va la nueva Regasificadora?
“Hoy está en la fase de estructuración de pliegos de convocatoria, que se está realizando en la Upme con un estructurador técnico y uno jurídico. Esperamos que en el primer trimestre del año entrante podamos tener el primer borrador de pliegos y abrir la convocatoria para construcción, financiación, operación y mantenimiento de la planta y del gaseoducto correspondiente. Este último costaría 200 millones de dólares”.
¿Qué implica la nueva planta en los precios del mercado?
“La planta tiene un costo alto, pero la demanda va a crecer y, bajo esos supuestos, el costo es relativamente bajo, menor en 1 % o 2 % del que ahora están pagando los usuarios”.
¿Qué porcentaje corresponde a abastecimiento hoy?
“La planta que tenemos (Regasificadora del Caribe) la hemos usado poco, porque no hemos tenido Fenómeno de El Niño, pero si lo llegaremos a tener, puede representar 20 % o 25 % de la demanda nacional, el otro porcentaje es producción local. Hacia futuro las plantas de regasificación podrían llevarse el 50 %”.
¿Qué tienen en el radar?
“Ha habido hallazgos importantes en el valle inferior del Magdalena Medio y en algunos campos productores en Córdoba y Sucre. A pesar de eso, no hemos logrado incrementar las reservas.
Hay siete pozos exploratorios que están dando resultados satisfactorios. Pero eso toma tiempo, en algunos casos se verán resultados hacia 2030 y en otros, hacia 2025, pero ahora tenemos que adoptar algo más seguro
Hay desarrollos con muy buenas probabilidades en offshore en el Golfo del Morrosquillo y al frente de las costas de La Guajira”.
¿Qué puede adelantar del plan de expansión eléctrica?
“Este va a permitir un incremento de nuestra participación en energías renovables no convencionales en la matriz de energía nacional.
Este ejercicio se hace cada año y a través de él identificamos las líneas de transmisión requeridas. Hay siete pendientes por selección de inversionistas del último plan. El nuevo además busca fomentar los recursos renovables de La Guajira y Magdalena, y atiende unos cuatro proyectos en Antioquia.