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Tasa del 4,75% busca proteger los bolsillos de la inflación

La movida del Banco de la República llamó la atención, pues evidenció un cambio en el discurso.

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La devaluación del peso frente al dólar ha provocado que los productos importados, materias primas y maquinaria se hayan encarecido en los últimos meses.

Además, la amenaza de un fenómeno de El Niño severo, podría disparar el costo de los alimentos en los próximos seis meses.

Esas dos razones llevaron a la junta directiva del Banco de la República a elevar en 0,25 puntos porcentuales su tasa de intervención y ubicarla en 4,75 por ciento.

Al subir el costo de la materia prima para los bancos (el dinero), el Emisor busca dos cosas: que se reduzca la demanda de billetes, que en la actualidad crece a un ritmo superior a la oferta; y que se ajuste la brecha entre el crecimiento de la cartera de crédito y la oferta monetaria. De esa forma, no se distorsiona la asignación de precios en el mercado monetario.

“Con el aumento de la tasa de interés se encarece el crédito y eso frena un poco la demanda, pero eso hace que esa presión inflacionaria que hay en la economía, pueda disiparse”, comentó el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas.

Por su parte, José Darío Uribe, gerente del Banco de la República, manifestó que ubicar la tasa de interés en 4,75 por ciento es solo una señal.

“La tasa de interés de los préstamos depende no solo de esa señal, depende de otros factores, incluyendo la demanda y la oferta de crédito. Por tanto, no es correcto señalar el comportamiento de la tasa de interés de los préstamos, basado únicamente en el movimiento de tasa del pasado viernes”, añadió.

Efecto retardado

Además Camilo Pérez, gerente de Investigaciones del Banco de Bogotá, precisó que el ajuste del Emisor se traslada de manera rezagada sobre la economía.

“Una vez se eleva la tasa del Banco de la República, eso se nota con algún atraso en el resto de tasas de interés, como el de consumo, el hipotecario o el empresarial, pero el efecto no es instantáneo. Eso puede tardarse hasta 18 meses”, dijo.

En el mismo sentido se manifestó Paula Valentina García, analista de la firma comisionista AdCap Colombia: “La decisión del Banco podría influir en un aumento en costos de crédito de una persona o empresa que decidiera adquirir en este momento un nuevo crédito. Sin embargo, el proceso no es inmediato y se vería reflejado en un periodo de cuatro a seis meses”.

Confianza débil

La movida del Emisor se da en momentos en los que el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), calculado por Fedesarrollo, completó en agosto dos meses consecutivos de disminución.

Tales datos, analizados por los expertos económicos de Bancolombia, muestran que la disposición a comprar bienes durables (vehículos, electrodomésticos, entre otros) cayó a -16,2 por ciento en agosto, 20,9 puntos menos con respecto a julio e inferior al observado en el mismo mes del año pasado (-37,5 por ciento).

Por su parte, la disposición a comprar vivienda se redujo desde 12 por ciento en julio a 4,7 por ciento en agosto, menor que lo contabilizado en agosto de 2014 (27,84 por ciento).

“Este comportamiento es relevante porque sugiere que los hogares estarían disminuyendo el ritmo de consumo e inversión en vivienda, y podría acentuar la desaceleración del crecimiento económico en el segundo semestre de 2015”, advirtieron los analistas.

Esa apreciación no dista de la expuesta el viernes por el ministro Cárdenas, al señalar que “el Gobierno haciendo todas sus revisiones, conociendo el dato del primer semestre, considera que la cifra más probable (de crecimiento) será 3,3 por ciento, aunque antes hablamos de 3,6 por ciento”.

Próximos movimientos

La jugada del Banco abrió la puerta al debate sobre cuales serán sus próximos movimientos en materia de tasas. La agencia Reuters, tras un sondeo con especialistas, concluye que la autoridad monetaria se verá obligada a decretar nuevas alzas en el corto plazo.

Uno de los principales argumentos que refuerza la tesis de esa posibilidad se sustenta en que la decisión del viernes de subir el tipo referencial contó con el aval unánime de siete miembros de la Junta del Emisor, después de que en los dos meses previos la mayoría de ellos votó por estabilidad.

“Cuando el Banco se une al grupo de miedo, como en este caso, pues abrió la caja de Pandora. Le va tocará subir las tasas otra vez, creo que el mercado lo forzará a hacerlo antes de que se acabe el año”, dijo Andrés Pardo, de Corficolombiana, uno de los consultados por Reuters.

Desde Alianza Valores, Felipe Campos, sostiene que “la puerta sigue abierta para mayores subidas y eso lo decidirán las inflaciones que quedan en el año. Se le reconoce al Banco haber tomado una decisión ‘sin querer queriendo’ y tener la suficiente autoridad por asumir medidas impopulares, que aunque creamos erradas, tienen un genuino interés por hacer técnicamente lo correcto”.

Los expertos de Credicorp Capital, por su parte, consideran que se trató de un movimiento aislado. “No esperamos incrementos adicionales en las próximas reuniones. En otras palabras, creemos que la subida del pasado viernes debería ser suficiente para respaldar la convergencia de la inflación hacia la meta (entre 2 y 4 por ciento) en el horizonte de política teniendo en cuenta la actual desaceleración de la economía”.

Infográfico
4,74

por ciento es el índice de inflación observado en Colombia en los

últimos 12 meses, según el Dane.

2,8
por ciento es la proyección de crecimiento económico que tiene el Emisor para este año.
2,9
por ciento creció el Producto Interno Bruto (PIB) en el primer semestre de este año.
Ferney Arias Jiménez

Periodista de economía de El Colombiano. Oidor de tangos. Sueño con una Hermosa sonrisa de luna.

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