Parece que el sueño de tener vivienda propia cada vez se hace más difícil. En Colombia, el número de hogares en arriendo ya supera al de propietarios, con una mayor concentración en ciudades como Bogotá, Medellín y Cali.
Así lo arrojó un estudio de BBVA Research, según el cual en el país actualmente 7,3 millones de hogares viven en arriendo frente a los 7,1 millones que viven en casa propia.
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Esto ha hecho que ya Colombia sea el país de América Latina donde más personas viven en alquiler, con un 40% de los hogares. Le siguen de República Dominicana y Ecuador. En total, las estimaciones apuntan que al año los colombianos pagan cerca de $60 billones en arriendos.
Hay más hogares que viviendas formales
En en los últimos 25 años en el país se han constituido más familias que viviendas formales, por lo que uno de cada tres hogares formados desde el año 2000 no accedió a una casa legal.
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De esta manera, según el informe, entre 2000 y 2025, se formaron 9,1 millones de nuevos hogares, pero solo se construyeron 9 millones de viviendas. De estas, 5,9 millones fueron formales, mientras que el resto fue cubierto con construcción informal (que posiblemente generó los aumentos de los déficit cualitativos) y un aumento del déficit habitacional cuantitativo.
El encarecimiento de los créditos, la reducción de subsidios y la incertidumbre macroeconómica serían algunas de las razones que han frenado la compra de vivienda y han motivado a más familias a optar por el alquiler.
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Y es que si se miran las ventas totales de vivienda por cada 1.000 hogares en el país, estas pasaron de 13,7 unidades en 2022 a 8,5 en 2024. Mientras tanto, en los estratos más vulnerables, se pasó de vender 33 viviendas VIS por cada 1.000 hogares pobres en 2022 a 18 en 2024.
La disminución se sintió tanto en la vivienda de interés social como en la No VIS, aunque esta última muestra signos de recuperación, sobre todo en regiones como Nariño, Córdoba, Sucre y Atlántico. En cambio, Bogotá, Cundinamarca, Antioquia y Santander permanecen rezagadas, con ventas estancadas y lanzamientos en mínimos históricos.
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En una entrevista pasada con este diario, Mario Ramírez, presidente de Fedelonjas, explicó que, efectivamente, en Colombia más del 43% de los hogares viven en arriendo, mientras que solo el 39% vive en su propia vivienda. Una dinámica que, dijo, ha cambiado en los últimos años principalmente por el modelo de trabajo híbrido, que permite a las personas moverse con mayor flexibilidad.
“Además, generaciones como los millennials están viendo el arrendamiento como una opción viable no solo como una necesidad, sino también como una inversión de bajo riesgo. El arrendamiento sigue siendo un modelo atractivo y seguro, especialmente para aquellos que no pueden acceder a crédito o prefieren una mayor movilidad”, añadió Ramírez.
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Precio de los arriendos siguen por las nubes
La limitada oferta de vivienda nueva, junto con la anterior tendencia, elevó los precios de los arriendos, al tiempo que redujo los tiempos de venta y renta de inmuebles usados.
En efecto, los datos de BBVA Research arrojan que los precios de los arriendos llevan casi dos años creciendo por encima de la inflación (total y básica) y los precios de la vivienda nueva.
De hecho, cifras del Dane señalan que la inflación en marzo de 2025 estuvo impulsada por el rubro de alojamiento (que incluye arriendos) y servicios públicos, es decir, todo lo relacionado con la vivienda, que puso un 0,17% de la inflación mensual (0,52%).
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“Ahí lo que sigue aportando más son las rentas (arriendos): renta efectiva y renta imputada. Cuando las combinamos es lo que más está aportando dentro de este rubro. Tenemos otros crecimientos típicos de estos primeros meses del año, como lo que pagamos en las copropiedades”, indicó en ese momento Piedad Urdinola, directora del Dane.
¿Y la vivienda nueva?
En cuanto a los precios de la vivienda nueva, el informe arroja que la ciudad en que crecen más los precios es Medellín, siendo la única que supera a la inflación (6,1% nominal y 0,9% real).
Entre las demás ciudades, la de menor dinamismo en precios es Cali, la cual cae un 2,1% real (crece solo un 2,1 nominal). Muy cerca de esta variación están los alrededores de Bogotá, con una caída real del 2,1% y un incremento de tan solo 3,7% nominal.
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Bogotá, aunque crece un poco más en términos nominales (+4,3%), se ubica en terreno negativo cuando se corrige por su inflación (-1,5%).