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Llegar a liderar, hacerlo crecer y consolidar el principal conglomerado empresarial del país, sin tener el poder de ser el “dueño del aviso”, es uno de los mayores legados que deja Nicanor Restrepo Santamaría.
EL COLOMBIANO fue testigo directo de su andar por la economía. Por ello, presentamos un recorrido por sus propios testimonios a este diario a lo largo de los años, que siguen el rastro de las huellas que dejó marcadas en el desarrollo de la región y el país.
Orígenes
Nicanor Restrepo Santamaría era hijo del doctor Juan Guillermo Restrepo Jaramillo, uno de los más destacados dirigentes antioqueños, y ex ministro, y de la matrona Elvira Santa María. Durante su infancia pasó tres años en el seminario, donde aprendió el amor por la lectura. Desde pequeño, en su casa siempre se habló de negocios porque su padre junto con sus tíos, conversaban todo el tiempo de hacer inversiones en diferentes campos, algunas con más suerte que otras.
“Como la vez que montaron una fábrica de sombreros, que se llamaba Induso. Al comienzo les fue muy bien, pero después que se pasaron para una sede más grande, por San Benito, se acabó la moda de sombreros en Medellín”, dijo en tono jocoso Restrepo al recibir la Orden Cámara de Comercio de Medellín categoría oro en 2010, al insistir que criarse en ese ambiente fue contagioso para hacer negocios y para hacer empresa.
Se hizo bachiller del Colegio de San José. Como el mayor de una familia de 13 hijos, no pudo hacer su carrea en el exterior como varios de sus colegas. “Mi padre no tenía manera de colaborarme con un plan de estudios en el exterior. No tuve posibilidad de una beca, porque no tenía resultados académicos que lo ameritaran, y tampoco pude que el Icetex me prestara dinero”. A pesar de las dificultades, Restrepo Santa María terminó su carrera de ingeniero administrativo en la facultad de Ingeniería y Minas de la Universidad Nacional.
El paso por el GEA
A penas terminó la universidad, empezó a trabajar en organizaciones como la Caja Agraria, Celanese, Coltejer, y en 1976 ingresó al Grupo Empresarial Antioqueño como presidente de la Corporación Financiera Suramericana, la cual en la década del 80 se fusionó con Corporación Financiera Nacional y surgió Corfinsura.
En enero de 1983 el presidente Belisario Betancur lo llamó a colaborar como Gobernador de Antioquia. Concluida esta gestión año y medio después, Restrepo Santamaría fue designado presidente de Suramericana de Seguros, cargo que ocupó durante veinte años.
Durante este periodo una de sus mayores satisfacciones fue haber comprobado lo que le dijo Jorge Molina Moreno cuando lo llevó a trabajar a Suramericana: que los empleados del grupo duermen en almohada de plumas. Todos cumplen con su deber y para ello no tienen que transgredir los códigos de ética.
A nivel de gestión empresarial, su legado es la consolidación del llamado “enroque paisa”, el cual se basó en un modelo de cruces patrimoniales usado en Japón por Mitsubishi, con el que se buscaba proteger los intereses de los pequeños accionistas en las principales empresas de la región, amenazadas por las compras que estaban haciendo los grupos Grancolombiano, Ardila Lülle y Santodomingo.
Así fue como de la trinidad compuesta por la Compañía Nacional de Chocolates, Suramericana de Seguros y Cementos Argos, en el que cada empresa tenía acciones en las demás para fortalecerse y evitar que otros se apoderaran del control de las empresas, empezó a fortalecer la industria local ante coyunturas tan adversas como la apertura económica en la década del 90.
El nombre del sindicato antioqueño surgió del bautizo de un grupo de periodistas económicos, porque a los empresarios se les veía en la cara la necesidad por conseguir capital, para lograr el objetivo de defender estas empresas. Años después y con el músculo financiero de más de 100 empresas se dio el salto al Grupo Empresarial Antioqueño (GEA), compuesto por el Grupo Sura, El Grupo Argos y Grupo Nutresa, un triunvirato de organizaciones que permitió la creación del principal conglomerado económico del país.
Desde que llegó al cargo, Nicanor Restrepo Santamaría dejó claro que no era propietario de ningún negocio, por lo que siempre se llamaba a sí mismo “el mayordomo”, pues era un simple administrador. Labor que desempeñó muy bien, toda vez que en los 90 llegó a ser el primer grupo del país al concentrar con sus 115 compañías el 8,2 por ciento de la economía frente al 0,5 por ciento del PIB que representaba el conglomerado en los 80.
La despedida empresarial
El 23 de marzo de 2004, la asamblea de accionistas de Suramericana de Inversiones transcurría en forma normal hasta que llegó el momento de las proposiciones. Ahí fue cuando la Junta Directiva expresó su reconocimiento a la gestión de Nicanor Restrepo Santamaría, quien estuvo vinculado a la compañía desde 1976, los últimos 20 años como su presidente.
El dirigente, fogueado en duras batallas y quien en su momento hizo parte de las mesas de diálogos de paz con las Farc, a las que enfrentó con sus ideas de reconciliación, no pudo contener las lágrimas cuando quiso agradecer el reconocimiento que la asamblea le estaba haciendo. Al final, sólo pudo decir un gracias, entrecortado, y recibir los aplausos que de pie, y por varios minutos, le brindaron los accionistas que llenaban el auditorio de Suramericana.
“Quiero agradecer el haber estado siempre muy cerca de ustedes y la confianza y la generosidad de los accionistas y de la Junta Directiva. Por la extraordinaria ayuda que recibí de todos mis compañeros de trabajo, los presentes y los ausentes. Se culmina una etapa personal y profesional, que es apenas natural, que es biológica. Naturalmente...”.
Hasta ahí pudo hablar Nicanor Restrepo Santamaría, quien con un poco de agua intentó pasar ese trago amargo de la despedida, pero no por las cifras, pues las empresas del Grupo Empresarial Antioqueño registraron en 2003 ingresos superiores a los 7.000 millones de dólares.
La jubilación
Nicanor Restrepo se jubiló en abril de 2004 para dedicarse a estudiar en Francia un doctorado (Ph. D) en Sociología Política y Post-doctorado de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, Ehess.
Tras culminar sus estudios y un merecido descanso, regresaba por temporadas al país para dictar conferencias, asesorar empresas y ser miembro de juntas directivas, entre ellas se destacan: Smurfit Kappa Group (Dublín), Sofasa, Argos, Bancolombia, Inversiones Nacional de Chocolates, Éxito, Conconcreto, Carvajal, Solla y la Andi. En el sector público es miembro de la Junta Directiva de Viviendas de Antioquia. Adicionalmente, presidente del Consejo Superior de la Universidad Eafit, miembro de la Sala de Dirección General de la Escuela de Ingeniería de Antioquia, profesor honorario de la Universidad Nacional, presidente del Consejo Directivo de Proantioquia y miembro de Consejos Directivos de diferentes fundaciones.
Del empresariado antioqueño, Nicanor Restrepo sostuvo que sigue siendo importante para el país como quiera que aquí está el principal banco, la más grande de productos alimenticios, el grupo químico de mayor calado, lo mismo que la compañía de seguros, de papeles suaves, de confecciones y textiles, de ingeniería, de comercio y servicios públicos.
“Todo eso para decir que Antioquia participa con el 15 por ciento del crecimiento económico nacional y se siguen creando alternativas de empleo. Mientras eso se da, sigue dándose una lucha por conquistar la concordia, la inclusión social. El empresariado en general, pequeño y mediano, cumple una labor admirable”, agregó Restrepo Santa María.
El exdirectivo del GEA también hacía una férrea defensa para que las empresas colombianas mantuvieran un capital mayoritariamente nacional. Sostenía que si las decisiones se toman en Europa o Estados Unidos, se perdería influencia en las políticas públicas. Sin embargo, también fue visionario al no resignarse con satisfacer el mercado local, por ello siempre impulsó la internacionalización de las empresas. Fue uno de los precursores de las multilatinas.
Por estas y otras iniciativas Nicanor Restrepo Santamaría recibió el premio de El Colombiano Ejemplar, la Orden al Mérito Empresarial José Gutiérrez Gómez, la máxima distinción que otorga la Asociación Nacional de Empresarios (Andi) y el premio al empresario del año por parte del diario La República, entre otros.
La paz
Nicanor Restrepo Santamaría fue uno de los líderes que más le apostó a la paz e hizo todo lo que estaba a su alcance para aportar su grano de arena. Fue parte de las mesas de diálogo entre las Farc y el presidente Andrés Pastrana Arango; conciliador entre el M-19 y el gobierno de César Gaviria Trujillo, y miembro de la comisión asesora de reinserción.
Al aceptar la invitación de EL COLOMBIANO a dirigir la redacción para celebrar los 101 años de vida del diario el 6 de febrero de 2013, en su editorial planteó una serie argumentos con los que termina este recorrido, pero que bajo la coyuntura actual siguen siendo vigentes: “el esfuerzo para poner fin, mediante negociaciones políticas, al conflicto armado interno que en casi 50 años ha ocasionado cientos de miles de muertes, desplazamientos forzados, frustración de varias generaciones y un costo difícilmente medible en términos de desarrollo social y económico, requiere, como el fin en sí mismo, del apoyo colectivo para que no se frustre en las innumerables contingencias que aparecen en una negociación realizada en medio de acciones armadas”.
(...)“Esta oportunidad de poner fin al conflicto interno por medio de una negociación política, quizás la última en muchos años, hay que cuidarla y preservarla con especial persistencia para evitar ser condenados a soportar de nuevo cientos de miles de muertos y a sacrificar las oportunidades de crecimiento humano y económico”.
Nicanor Restrepo Santamaría dejó huella más que con sus frases, con las enseñanzas que mostraba cada uno de sus actos en los roles de ciudadano y empresario.