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Por Alejo Vargas Velásquez - vargasvelasquezalejo@gmail.com
El viernes 15 de este mes fue la reunión en Alaska entre el presidente Trump de Estados Unidos y el presidente Putin de Rusia –esta columna fue escrita antes de realizarse la misma– y no conozco los resultados de dicha reunión, pero considero que era esperable o bien un resultado que reafirme lo que espera Putin para lograr lo que él denomina la paz en Ucrania, o sencillamente que no haya resultados concretos sino un aplazamiento a una siguiente reunión quizá con la presencia del presidente de Ucrania en la misma y de pronto de delegados de la Unión Europea que siguen exigiendo ser parte de cualquier acuerdo. Y esto tiene mucho que ver con lo que algunos han denominado la ‘doctrina Gromyko’ de diplomacia y negociación, que para varios conocedores es la que practica el presidente Putin.
El analista Guillaume Lancereau en un artículo para El Grand Continent destaca que en la diplomacia soviética se encuentra una evolución y continuidad desde Trotski hasta Andrei Gromyko y destacando a partir de esa reflexión que las tácticas de negociación de Putin y su canciller hay que verlas en esa perspectiva y por lo tanto en una lógica opuesta a como tendería a verlo occidente y cita un texto de la Alta Representante de la UE Kaja Kallas hace dos años en la Conferencia de Múnich que resume la denominada «doctrina Gromyko» y como ello recoge igualmente la mirada de Putin:
«En primer lugar, exige lo máximo y no te avergüences de exagerar en tus peticiones. Exige incluso lo que nunca te ha pertenecido. En segundo lugar, presenta ultimátums. Amenaza con la guerra, no escatimes en amenazas y luego propón negociaciones como salida a la situación: siempre habrá gente en Occidente que muerda el anzuelo. En tercer lugar, una vez iniciadas las negociaciones, no cedas ni un ápice. Tus interlocutores acabarán ofreciéndote parte de lo que has pedido. Pero incluso entonces, no firmes: presiona para obtener más y aceptarán. Cuando hayas conseguido la mitad o dos tercios de lo que no te pertenecía, podrás considerarte un diplomático».
Esto nos lleva a señalar que no era fácil esperar otro resultado de esta reunión, si el presidente Trump quiere un resultado ‘positivo’ de la misma que acceder a las exigencias de Putin que son en esencia que acepten que las cuatro regiones de Ucrania que Putin considera que son parte integral de Rusia, además de la región de Crimea son parte integral de Rusia y que Ucrania se comprometa a no ser parte de la OTAN y que haya un cambio de gobierno en Ucrania –algunos dicen que es una especie de rendición de Ucrania–, solo que al parecer existe hoy un compromiso mayor de los gobernantes de la UE de ser protagonistas de cualquier acuerdo, entre otras razones, porque para muchos líderes europeos, esta guerra en Ucrania es el primer tiempo de ambiciones rusas contra otros países europeos que forman parte de lo que algunos del entorno de Putin considerarían la zona de influencia natural de la antigua Rusia, esa que aspiraría a reconstituir el presidente Putin.