Por ARMANDO ESTRADA VILLAaestradav@une.net.co
La responsabilidad política consiste en reconocer y afrontar las consecuencias de las acciones y omisiones en que incurre el servidor público de alto rango, lo que lo hace responsable de lo hecho, de lo no hecho y de lo hecho mal. Se configura cuando el servidor público en el ejercicio de sus funciones ejecuta actos o incurre en omisiones que causen perjuicio a significativos intereses públicos. Empero, la responsabilidad política no juzga acciones, decisiones u omisiones ilícitas, sino que juzga las lícitas inapropiadamente tomadas o erróneamente ejecutadas. Es, en consecuencia, responsable políticamente el funcionario por negligencia, imprudencia, incompetencia, errores, desaciertos, descuido, graves...