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Por Luis Guillermo Vélez Álvarez - opinion@elcolombiano.com.co
La situación actual del Centro Democrático es la siguiente:
1. Su fundador y líder está condenado y en prisión domiciliaria.
2. Quien fuera su precandidato más opcionado se debate entre la vida y la muerte.
3. Los demás precandidatos y muchos de sus dirigentes y corporados están amenazados y/o hostigados judicialmente.
4. La extrema izquierda comunista, su adversario irreconciliable, controla corruptamente el Congreso y tiene, al parecer, gran injerencia en las decisiones judiciales y atemoriza a los entes de control. También están atemorizadas la dirigencia empresarial, los gremios económicos y la clase media en general.
5. Los medios de comunicación, con pocas excepciones, desdeñan sus precandidatos y dirigentes y prefieren poner sus micrófonos y espacios al servicio de los candidatos y líderes de la extrema izquierda y de sus aliados-cómplices de la variopinta izquierda vegetariana.
No hay que llamarse a engaños: el CD está perdiendo su batalla existencial contra la extrema izquierda que desde hace varios años viene aplicando en su contra, con especial eficacia, la combinación de todas las formas de lucha. En también cuestionados procesos judiciales, ya cayeron, no hay que olvidarlo, Andrés Felipe Arias y Luis Alfredo Ramos, dos líderes de elevado perfil presidencial.
Ahora bien, en medio de esas enormes dificultades, el CD no puede renunciar a su enorme responsabilidad de ser el único partido, por historia y por doctrina, que entiende y tiene la obligación de enfrentar a la extrema izquierda comunista y evitar que el País se precipite por el despeñadero sin retorno del Socialismo del Siglo XXI.
Sin abandonar la denuncia de la venalidad, la incompetencia y la arbitrariedad del Gobierno Nacional, el Centro Democrático tiene hoy la obligación de presentar un proyecto político de mediano y largo plazo fundamentado en la libertad de mercado y sus principios fundacionales que tienen hoy más vigencia que nunca.
El Centro Democrático tiene que formular las propuestas programáticas y las reformas legales requeridas para que Colombia alcance en 15 años una Meta Grande y Ambiciosa compuesta por los siguientes elementos:
1. PIB/Habitante: US$ 20.000 dólares.
2. GINI ingreso: 0.4 y GINI gasto: 0.3
3. Pobreza: 20% y pobreza extrema: 0%
4. Desempleo estructural de 6% y tasa de informalidad de 30%.
5. Inflación 3%.
Para avanzar hacia esa MEGA CD COLOMBIA 2040, el Centro Democrático debe liderar una alianza conformada por partidos y movimientos sin devaneos socializantes y comprometidos con la libertad económica, la iniciativa privada y el gobierno honesto y austero como motores fundamentales del progreso económico y social.
La situación del presidente Uribe, cuyo desenlace final sabremos en octubre, no puede ser motivo de parálisis, todo lo contario, como lo indican estas señeras palabras pronunciadas en un momento tan difícil:
“Mientras Dios me mantenga mi salud y la energía y a pesar de los años, no cesaré un día de luchar por nuestra democracia, desde cualquier sitio. Estén tranquilos quienes comparten esas ideas y queden intranquilos quienes quieren impone la autocracia comunista en Colombia”.
Parodiando a Ortega y Gasset: A las cosas, CD, ¡a las cosas!