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Mi profe

Hace poco ellos llegaron a la escuela. Papá y mamá estaban en el salón. Nosotros estábamos jugando y el viento trajo el sonido del horror: un ruido serio, asustador. A mi profe lo sacaron del salón, dicen que no lo dejaron hablar.

27 de septiembre de 2023
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  • Mi profe

Por Dany Alejandro Hoyos Sucerquia - @AlegandroHoyos

En memoria de Steven Chalarca

Mi profe llegó un día con unos granos de café para enseñarnos a cultivar. Nosotros entusiasmados veíamos a los granos convertirse en chapolas. Mi profe nos enseñó que la tierra nos daría más vida si regábamos las plantas, cuidábamos los árboles y si protegíamos el agua. Decía que si le hablamos a la naturaleza ella nos escuchará. Mi profe nos enseñó alternativas.

Cuando hablaba con mi profe me daba cuenta que no pensaba en él si no en los demás. Siempre trataba de ayudar. A veces se quedaba en silencio pensando en qué más podía aportar. Porque mi profe era profe porque quería, le dicen vocación, yo le digo querer, me suena más bonito querer, y sé que nos quería. Por acá no viene todo el mundo, a nosotros en el campo nos olvidan. Por eso mi profe venía, porque le gustaba. Se despedía de su madre en la ciudad, le daba un beso y se montaba en su moto muchos kilómetros en medio de la lluvia o calor para enseñarnos cosas, porque mi profe no nos olvida.

Mi profe estaba estudiando para ser mejor profe, los sábados salía temprano rumbo a estudiar así le costara levantarse porque era su día de descanso. Qué loco era mi profe, estudiar, sabiendo que los grandes no quieren aprender más. Pero él soñaba con ser rector para inspirar a otros profes. Es que mi profe era un soñador. Enseñaba karate, hacía ejercicio, cuidaba las plantas y los animales. Que montón de cosas hacía mi profe. Salía los viernes de nuestra escuela y el lunes regresaba, porque mi profe no nos olvida.

Hace poco ellos llegaron a la escuela. Papá y mamá estaban en el salón. Nosotros estábamos jugando y el viento trajo el sonido del horror: un ruido serio, asustador. A mi profe lo sacaron del salón, dicen que no lo dejaron hablar. Ellos le dispararon y cayó al suelo. Nosotros corrimos huyendo del terror.

Mamá dice que mi profe ya no vendrá más. En las noticias pusieron su foto y dijeron que le habían dado doce disparos, otros que ocho, otros que veintidós. Que importa cuántos disparos, si con uno solo la vida se puede acabar. En las calles se hicieron marchas, el gobierno vino al pueblo y mi profe se volvió famoso. Yo no quiero que mi profe sea famoso, porque la fama llega y se va, en cambio mi profe siempre vuelve, porque no nos olvida.

El miedo se apoderó de todos. Ellos andan por ahí vigilantes sembrando un pánico que crece más rápido que el café. Nosotros caminamos como si alguien nos siguiera. El viento no sopla igual desde que a mi profe se lo llevaron. Puedo estar loco, pero sé que él siempre estará. Cuando alcance mis sueños, la esperanza renazca, el café broté dulzura y todo el mundo se haya olvidado de mi profe, yo no, porque, así como mi profe no nos olvida, yo nunca olvidaré a mi profe.

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