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juan david villa
Editor y periodista
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Preguntan los lectores
Ma. Victoria Acevedo de Mejía. Leo tus columnas y te escribo porque he observado que desde hace como tres años se ve cada vez más la alusión a las “afectaciones” para referirse a cualquier asunto adverso. Me aclaras si está bien utilizado o si es una moda periodística.
Es una moda, María Victoria. Pero yo procuro analizar la palabra y sus usos con mucha calma. Como los periodistas tenemos tan poca formación en el idioma, entonces tendemos a recurrir a comodines. Somos muy cortos de palabra y tenemos que llenar esos vacíos. Además, y para acabar de ajustar, nos toca hablar de todo, y, obvio, sobre materias que no conocemos bien, como si fuéramos peritos.
Afectación, con el sentido de causar daño, es uno de esos comodines. No es un error, de ninguna manera, porque sí ha significado acción de afectar, de causar un perjuicio. Y también falta de sencillez y naturalidad: cuando alguien se comporta con extravagancia, decimos que sus gestos son afectados (exagerados, ridículos). El problema, creo yo, es que ahora todo daño es una afectación, y nada es un daño o un perjuicio. Así como ya nada es un problema: todo es una problemática.
Mauricio Escobar Jaramillo.
1. Cuando yo hablo de mi mamá (ya fallecida), ¿es mi mamá o era mi mamá?, ¿mi mamá tiene tez blanca y ojos azules o tenía tez blanca y ojos azules?
En sentido estricto, es tu mamá, aunque haya fallecido. Y tenía la tez blanca y los ojos azules. Pero no es tanto una cuestión de gramática, sino de amor verdadero, como el de la madre.
2. ¿Cómo es lo correcto?, ¿“Vamos a regalar un mercado completamente gratis” o “Vamos a regalar un mercado gratis”?
Entiendo por dónde va tu pregunta: te refieres al uso de completamente gratis, pero en otro contexto. Vamos a ver. Aquí ninguno funciona (ni completamente gratis ni gratis) porque el mercado lo vas a regalar: no tienes otra opción que entregarlo gratuitamente. Pero sé que tu duda va es por este lado: “Entrada completamente gratis” o “El estadio estaba completamente lleno”.
Sobre la primera. Completamente gratis es una redundancia expresiva. Sí: nada es medio gratis, como nadie está medio embarazada. No se trata de eso, del análisis riguroso de su sentido, sino de que es una forma expresiva: no es lo mismo el estadio está lleno que el estadio está completamente lleno. Quiero decir, es lo mismo matemáticamente: si le caben 55.000, en ambos casos habrá 55.000 personas. Sin embargo, completamente transmite una idea más poderosa, más fuerte.
Completamente lleno. Nada es medio gratis, pero un estadio sí puede estar medio lleno. O bastante lleno, muy lleno, casi lleno...
Lo pillé en la prensa
“Antirrécord: Tolima recibió la peor goleada de un club colombiano en Libertadores”.
No me voy a reír: Tolima es un gran equipo. Y no es sarcasmo. Concentrémonos en antirrécord. El redactor acertó en la ortografía: tilde, doble erre y anti- pegado a récord. Todo un reto ortográfico bien resuelto. Pero miremos el sentido que tiene. Un récord es una marca, es decir, el mejor resultado dentro de un deporte. Si el resultado es el peor registrado, ¿es una antimarca? Pues sí, por cuanto Tolima perdió 7-1. Tenemos una antimarca.