viernes
8 y 2
8 y 2
Juan David Villa
Editor y periodista
preguntasortografia@gmail.com
Metí la pata
Empiezo por un error propio. Los errores propios son los mejores porque siempre enseñan (ya que uno aprenda o no es otra cosa). La semana pasada les hablé del concepto de intensión, para que no me lo confundieran con intención. En resumidas cuentas, cuando hablé de la intensión del sustantivo pájaro, agregué mamífero. ¿Habrá un canario que dé leche? Los pájaros no son mamíferos, luego mamífero no forma parte de su intensión. Gracias a los queridos lectores Fernando Crespo y Rodrigo Velázquez, queridos y concentrados, por esta corrección amable. Ahora sí...
Preguntan los lectores
Guillermo León Vallejo. Una compleja negación. “Con estas movilizaciones esperan una respuesta más eficiente de las autoridades y así evitar que casos como el de Blanca o de los otros 7 conductores no se repitan”. Otra vez el mal empleo de la palabra no. En este caso se cambia totalmente el sentido de lo que se quiere expresar. La edición impresa del periódico se volvió una cadena de gazapos que harían sonrojar al mismo Argos.
Guillermo, aquí tenemos que andar con mucha calma y analizar un fenómeno que se llama negación expletiva, una cosa muy rara y confusa. Así que comprendo tu molestia. La expletiva es una negación que no niega, un no que no tiene significado, y que usamos para enfatizar o adornar. ¿Vamos bien? Por eso los siguientes casos son correctos: “Más vale que sobre que no que falte”, “Prefiero verte mal que no muerta”, “No nos iremos hasta que no nos digan la verdad”, “Cuidado, no le vaya a sentar mal esa comida”.
¿Ven que no aportan significado? O sea, no están negando. En “No nos iremos hasta que no nos digan la verdad”, la idea es que no se van hasta que (sí) les digan la verdad, por tomar un solo ejemplo y no aburrirlos. Negación expletiva, también llamada espuria.
Pero aterricemos en el caso de tu pregunta, Guillermo. La Nueva gramática de la lengua española recomienda evitar este uso porque causa confusión (hablo del uso con el verbo evitar). No la utilicen con el verbo evitar. Ahora, no es un invento actual: en el español antiguo la usaban sin problema: “... dormían en hojas de cañas, por evitarles que no fuesen viciosos en el comer...”. Es decir, para evitarles que (sí) fuesen viciosos.
El colega dijo evitar que no se repita, que podríamos entender como quiero que sí se repita (aunque recuerden que la expletiva no niega. La cuestión es que esta no sería expletiva, o no una expletiva suficientemente clara). El colega quiso decir evitar que la acción se repita. En suma, no acertó, al menos no en español actual.
Mario Londoño. Darse cuenta de/que. Abuso nuevamente de su paciencia con la siguiente inquietud: ¿se dieron cuenta que o se dieron cuenta de que? Yo tenía entendido que para salir de dudas se hacía la pregunta, y si esta necesitaba la partícula de, entonces también la afirmación la llevaba: ¿de qué se dieron cuenta?
Mario, así tal cual. En general, dice la Nueva gramática, volver pregunta la afirmación nos rescata: ¿qué estás seguro?, es ilógico, es un solecismo. Luego, estamos seguros sobre algo, de algo, de que algo ocurrirá. Este fenómeno se llama queísmo: cuando usamos solo que en casos en los cuales debemos decir de que, sin miedo. El otro fenómeno es el dequeísmo: yo pienso de que fue un gran día. ¿Qué piensas?, sería la pregunta en realidad.