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La consulta agoniza

Haber logrado aprobar el texto de la reforma, laboral en tiempo récord en la Comisión IV del Senado, aceptando casi todas las preguntas que Petro quería incluir en su consulta popular, es un golpe de gracia a este instrumento.

29 de mayo de 2025
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  • La consulta agoniza

La aprobación de la reforma laboral en la Comisión Cuarta del Senado es tal vez uno de los golpes más estratégicos que Congreso alguno le haya aplicado al Gobierno de turno para intentar evitar un eventual abuso de poder por parte del Ejecutivo.

Haber logrado aprobar el texto de la reforma, en tiempo récord, aceptando prácticamente todas las preguntas que el presidente Gustavo Petro quería incluir en su consulta popular, es un verdadero golpe de gracia a este instrumento o caballito de batalla con el cual el Gobierno esperaba catapultar a sus candidatos para las elecciones de marzo de 2026.

El golpe que encajó la Casa de Nariño se hizo aún más evidente ayer con el fracaso del llamado al paro nacional. Las imágenes de la Plaza de Bolívar casi desocupada y las marchas desnutridas en ciudades como Medellín demostraron el poco interés que existe en el país por la consulta popular a la que le están dedicando la mayor parte de su tiempo el presidente Petro y el ministro Benedetti.

Esta derrota del Gobierno no solo es legislativa; es también simbólica. Refleja el desgaste de una estrategia presidencial basada en la presión callejera, la polarización y la amenaza constante como instrumentos de gobierno.

Tal fue el fracaso que el Presidente y el Ministro intentaron zafarse. Como quien dice: “yo no lo crié”. Pero les queda difícil desmontarse cuando todo el país vio aquel mensaje de whatsapp –captado de manera oportuna por un reportero gráfico de Semana–, en el cual Benedetti le pregunta a Petro “¿Quién convoca a la huelga general?”.

El presidente Petro ha recurrido, una y otra vez, a la amenaza de la movilización callejera como si fuera un cheque en blanco para gobernar por encima de las instituciones. Pero lo ocurrido en las recientes marchas convocadas por el oficialismo dejó al desnudo que su capacidad de convocatoria está menguando, su discurso pierde eco y los apoyos que alguna vez tuvo se han ido diluyendo en medio de promesas incumplidas y escándalos políticos.

Lo del Congreso resultó ser una suerte de jugada maestra: con una ley que incluye todas las preguntas de la consulta popular esta última prácticamente queda sepultada. No solo no tiene sentido alguno utilizar ese recurso democrático para consultar a la ciudadanía sobre algo que ya está aprobado, sino que sería un verdadero detrimento gastar 750.000 millones de pesos para preguntas que a esta altura del debate ya son de perogrullo.

En la Casa de Nariño cundió el pánico e hicieron dos movidas que evidenciaron el grado de desespero. Además de hacerle guiños al paro, Benedetti anunció que Petro convocaría a la consulta popular por decreto, con el argumento de que pasó un mes y el Congreso no tomó decisión. La Constitución es clara en decir que no se puede convocar a una consulta popular si no tiene el aval del Congreso.

Ni la amenaza de convocar una consulta popular “por decreto” ni el intento de atribuir al pueblo una voluntad unívoca son suficientes para sostener un proyecto político cada vez más solitario. Las imágenes de marchas escuálidas, las fracturas internas en el Pacto Histórico, los escándalos que aparecen cada vez con más frecuencia, el de David Racero por ejemplo, revelan a un presidente cada vez más aislado en su propio laberinto político.

Algo bueno ha salido de todo esto. La propuesta aprobada por la Comisión Cuarta en algunos casos es más favorable para los trabajadores que la presentada por el gobierno. El recargo nocturno será a partir de las 7 de la noche, el trabajo dominical y festivo se pagará al 100%, de manera gradual de aquí al 2027, la jornada laboral será de 42 horas a la semana y las empresas podrán tener jornadas de cuatro días de trabajo y tres de descanso.

Para los contratos de aprendizaje del Sena se aprobó que en la fase lectiva el aprendiz recibirá una remuneración entre el 50% y el 75% del salario mínimo y en la parte de práctica será del 100%. Además de las primas legales habrá una prima adicional cuando la empresa crezca más del 4%.

Ahora solo le resta su discusión en la plenaria del Senado y la conciliación frente a lo aprobado en la Cámara, procesos que se deben surtir de aquí al 20 de junio próximo cuando terminan las sesiones ordinarias del Congreso. Por ahora, el Congreso ganó un round, para ese momento entonces sabremos si ganó toda la pelea.

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